El rico patrimonio natural de CLM es uno de los atractivos con los que cuenta la región, convirtiéndose en un sector de dinamización y polo de atracción turística. Ejemplo de ello son las Salinas de San Juan que no dejan indiferente al visitante.
Las Salinas de San Juan, ubicadas en la localidad guadalajareña de Saelices de la Sal, forman un conjunto de inmuebles destinados a la explotación salinera. Constan de dos pozos o norias, cocederos y recocederos, albercas, canalizaciones, un almacén y una ermita de morfología elipsoidal.
“Son unas salinas de interior”, desgrana el alcalde de Saelices de la Sal, José Luis Sotillo, a InfoCLM insistiendo en que “las salinas de interior fueron en otra época muy abundantes en la mitad oriental de la península, se han llegado a contabilizar cerca de 900, pero hoy día han desaparecido la mayoría de ellas”.
Todo el conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2007, con la categoría de Monumento.
Una ocasión perfecta para visitar las Salinas de San Juan en Saelices de la Sal y recorrer todo el ciclo de la sal y su explotación de forma tradicional.
Los yacimientos salinos que se conocen en la actualidad en la península ibérica, señalan desde el Ayuntamiento, “se deben a depósitos sedimentarios salinos del triásico superior, originados por el mar hace millones de años” que cubría el lugar.
El origen de la explotación de sal es antiguo, son unas salinas “históricas”, remarca Sotillo, y es que “desde tiempos inmemorables se han utilizado para la extracción de sal mineral. Los primeros registros que se conocen son de la Edad Media, ya en época cristiana, pero con toda seguridad fueron utilizadas mucho antes, por celtíberos, romanos o musulmanes. De todos ellos existen yacimientos arqueológicos en la zona”.
Las salinas de interior son una parte importante del patrimonio cultural de la provincia de Guadalajara y de CLM.
“Guadalajara es la segunda provincia de España con más salinas de interior. Cuenta con las salinas de interior más importantes de España, las salinas de Imón, cerca de Sigüenza, y que durante siglos contribuyeron al rico patrimonio que hoy todavía conserva el municipio de Sigüenza, candidato a ser declarado Patrimonio Mundial de la Unesco”, puntualiza Sotillo.
“También, como proyecto de desarrollo sostenible en una zona de extrema despoblación, es un modelo que se expone como ejemplo en foros que tratan de este tema, ya sean universitarios o de carácter político-social”, concluye el alcalde de Saelices de la Sal.
Los primeros documentos que constan sobre la extracción de sal en Saelices de la Sal se remontan a 1203, y posteriormente se cuenta con varias referencias a este tipo de explotación.
Hasta la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, la propiedad de las salinas recayó en distintos señores bajo el control del rey, pero a partir de esa época la explotación pierde su independencia y se integra en el gran grupo de las salinas de Atienza, pasando a formar parte también del Patrimonio Real.
En 1872 las salinas fueron adquiridas al Estado por un particular, que inició su explotación privada.
Tras la Guerra Civil, periodo en que tuvieron las salinas daños notables, se pusieron de nuevo en funcionamiento, sustituyéndose las norias por motores; primero movidos por combustible y más tarde mediante energía eléctrica.
Pero su explotación duró, como mucho, hasta comienzos de los años 70, en lo que a la elaboración de sal se refiere, y hasta comienzos de los años 80 –concretamente 1981-, en lo que atañe al aprovechamiento del agua salada, que se vendía para diferentes actividades industriales.
Es en este siglo cuando las salinas van a empezar una nueva andadura con la compra en 2003 a los últimos propietarios de las instalaciones por la Fundación Naturaleza y Desarrollo (FUNADER), del Ayuntamiento de Saelices.
“Lo que vemos actualmente son las instalaciones salineras restauradas según cómo eran en el siglo XVIII. En esta época, debido al impulso industrial que promovieron los Borbones, una serie de salinas de la provincia se renovaron para mejorar su producción, mientras otras se dejaron y ahora sólo quedan de ellas algunos vestigios o han desaparecido por completo. En estas mismas salinas podemos observar aquellas zonas que fueron mejoradas y aquellas que no y quedaron en desuso. Estas zonas aparecen en planos antiguos como “salinas viejas”, desgrana Sotillo.
Además de la restauración de las instalaciones en las salinas de San Juan “desde 2011 se está llevando a cabo la extracción artesanal de la sal. Este método de extracción que se denomina “lavado romano”, viene haciéndose de la misma manera desde hace muchos siglos.
Hoy día los visitantes pueden ver en directo este proceso, la sal que se produce es de gran calidad y presenta ausencia de contaminantes y microplásticos, a parte de su excelente sabor. Esto ha hecho que sea muy valorada por los chefs y restaurantes más premiados de la provincia, en sus variedades de “flor de sal” y de “sal virgen”.
Con todo esto, “estamos ante un proyecto de desarrollo sostenible que combina de una manera excelente el patrimonio cultural, tanto arquitectónico como etnográfico”, subraya el alcalde de la localidad.
Junto a la actividad económica que suponen la producción y comercialización de sal, la rehabilitación de las salinas de San Juan implica el mantenimiento de un importante patrimonio histórico de la provincia, en torno al que el Ayuntamiento de Saelices de la Sal trata de fomentar actividades turísticas y divulgativas.
Las Salinas de San Juan generan puestos de trabajo en la comarca y producen una sal de propiedades únicas, que se comercializa como producto de gran valor culinario.
Parte de la producción de sal es utilizada por la Diputación de Guadalajara como material fundente para la limpieza de carreteras provinciales cuando se producen temporales de nieve y hielo.
“En las salinas se llevan realizando trabajos de restauración desde el año 2003”, así matiza Sotillo que se han restaurado “ya cerca de un 80 % de las instalaciones. A lo largo de este 2023 está previsto consolidar el resto: El pozo o noria del partido de abajo, un cocedero, un recocedero y las pocas albercas y caballones que faltan por consolidar”.
La Viceconsejería de Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de CLM, como órgano competente en la protección del Patrimonio Cultural, lleva años apoyando la recuperación de las salinas, financiando estudios y campañas de restauración desde 2002.
Este año promueve un nuevo proyecto de rehabilitación en el que se invertirán cerca de 300.000 euros con cargo al Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia (MRR), incluido dentro del instrumento financiero Next Generatión EU, Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Con esta nueva actuación se continuará con la restauración del Partido de Abajo de las salinas, recuperando los estanques, recocederos, canales, etc. y reconstruyendo su noria tradicional. También se acometerá la rehabilitación de su entorno, haciendo posible su futura explotación ligada a nuevas formas de desarrollo local, sostenible con la conservación de los valores culturales y naturales.