La reciente implementación, desde el año pasado, de un sistema de reservas pagado para acceder al Cañón del Tajo es un error garrafal que amenaza con alienar a la ciudadanía y socavar el principio fundamental de que la naturaleza debe ser accesible para todos. Esta medida, que cobra 3 € diarios y 7 € los fines de semana, es injusta e innecesaria, y debe ser rechazada de plano. La gestión de un parque natural implica una normativa específica y de obligado cumplimiento para preservar el ecosistema, garantizar la seguridad de los visitantes y prevenir incendios, especialmente durante los meses de verano. Sin embargo, la introducción de tarifas para el acceso no es la solución adecuada. Los parques naturales, como el Cañón del Tajo, son patrimonio de todos los ciudadanos y deben mantenerse abiertos y accesibles sin imponer barreras económicas.
Legalmente, la imposición de estas tarifas podría estar dentro de la normativa local y nacional, pero eso no significa que sea justa. La esencia de los espacios naturales protegidos es ser un bien común al alcance de todos, independientemente de su situación económica. Cobrar por el acceso crea una barrera que excluye a las personas con menos recursos, impidiendo su derecho fundamental a disfrutar de la naturaleza. El argumento de que estas tarifas ayudarán a financiar la gestión del parque es débil y miope. Existen numerosas alternativas para recaudar fondos sin excluir a nadie. Las subvenciones gubernamentales, donaciones voluntarias, programas de voluntariado y colaboraciones con empresas locales son opciones viables que deben ser exploradas antes de recurrir a la fácil pero injusta solución de cobrar a los visitantes. El acceso a la naturaleza tiene beneficios bien documentados para la salud física y mental. Limitar este acceso mediante tarifas tiene un impacto negativo no solo en el bienestar individual, sino también en el tejido social. La inclusión debe ser un principio rector en la gestión de cualquier espacio natural. Las autoridades deben revisar esta decisión y consideren alternativas más justas y equitativas. La transparencia en el uso de cualquier fondo recaudado, garantizando que se destinen exclusivamente a la conservación y mejora del parque, es esencial. Además, se debe asegurar que los residentes locales tengan acceso gratuito o tarifas significativamente reducidas, reconociendo su relación especial y continua con el entorno. Y me refiero a residentes locales, a toda la comarca del Alto Tajo, no solo a cuatro pueblos.
Los parques naturales, como el Cañón del Tajo, son patrimonio de todos los ciudadanos y deben mantenerse abiertos y accesibles sin imponer barreras económicas.
En lugar de alienar a los visitantes con tarifas, se deben implementar programas educativos que fomenten el respeto y la conservación del parque, reduciendo así los costes de gestión a largo plazo. Mejorar la infraestructura del parque, como la instalación de aseos que no den impacto visual y antenas de cobertura, es un paso positivo, aunque me rio yo de las promesas, pero debe ser financiado de manera que no excluya a nadie. El Cañón del Tajo es un tesoro natural que debe ser protegido y disfrutado por todos, no solo por aquellos que pueden permitirse pagar una tarifa. La naturaleza es un derecho universal y debe seguir siéndolo para todas las generaciones. Es hora de que las autoridades reconsideren esta medida injusta y trabajen hacia una gestión del parque que sea inclusiva y accesible para todos.
¿Dónde van todas esas subvenciones de Europa que no se sabe dónde acaban? Europa destina cuantiosos fondos para la conservación del medio ambiente y el desarrollo de áreas rurales. ¿No sería más sensato emplear esos recursos de manera efectiva en lugar de imponer tarifas que excluyen a una parte significativa de la población? La falta de transparencia en el uso de estos fondos plantea serias dudas sobre su adecuada gestión.
¿No sería más normal que durante todo el año se haga un plan de conservación y no solo durante el verano? La conservación de un parque natural no debe ser una actividad estacional. El cuidado y mantenimiento del Cañón del Tajo deben ser constantes para garantizar su preservación a largo plazo. Pasa lo mismo que con los retenes forestales, ¿solo en verano? Es pensar que los riesgos y necesidades del parque se limitan a una sola estación. ¿igual que los bomberos forestales? Esto lo atajaré más detenidamente.
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