En los últimos tiempos, el lobo ibérico se ha convertido en el centro de un acalorado debate en España. La reciente decisión del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico de prohibir el control del lobo en todo el país ha desencadenado una polémica que resuena en los rincones más remotos de la península. ¿Se han considerado realmente todos los elementos pertinentes antes de esta prohibición? Esa es la pregunta que muchos se hacen, y con razón.
Detrás de la aparente defensa del lobo se vislumbra una ideología que, según sus detractores, carece de fundamentos sólidos y se apoya en un ecologismo de salón.
El prohibir por prohibir, por imperativo legal desde el hemiciclo, sin preguntar a los que realmente conocen y saben que ocurre con el lobo. De hecho, este pasado 23 de abril, el diputado de VOX por Guadalajara ha cargado contra las intenciones del Gobierno de Sánchez: “Visto lo visto, este Gobierno está orgulloso de extinguir al pastor, de echar a la gente del campo, de imponer por la fuerza su visión Disney sectaria del asunto, protegiendo a los que matan en manada y condenando a las víctimas”.
Volvemos a ver como el gobierno actual está adoptando políticas que desfavorecen a la España Vacia(da) y a los profesionales del campo, como los pastores. Se argumenta que estas medidas reflejan una visión sesgada y poco realista de la convivencia entre personas y animales, favoreciendo una imagen idealizada de la naturaleza al estilo de Disney. No se protege a las víctimas de ataques de lobos y la supuesta preferencia por la preservación de la especie, incluso cuando eso implica riesgos para las personas y sus medios de vida.
En declaraciones a diferentes medios en septiembre de 2023, los ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara aseguraron que han sufrido ataques de lobo que dejaron cerca de una decena de ovejas muertas. Es más, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara (APAG) denunció a través de las redes sociales estos nuevos ataques de lobo al ganado.
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El artículo 16 de la Directiva hábitats 92/43/CEE establece claramente una excepción que parece haber sido ignorada en esta decisión. La ausencia de informes de expertos, la falta de datos que respalden la medida y la omisión del consenso con las Comunidades Autónomas afectadas son motivos de preocupación legítima.
Artículo 16 de la Directiva hábitats 92/43/CEE
1. Siempre que no exista ninguna otra solución satisfactoria y que ello no suponga perjudicar el mantenimiento, en un estado de conservación favorable, de las poblaciones de la especie de que se trate en su área de distribución natural, los Estados miembros podrán establecer excepciones a lo dispuesto en los artículos 12, 13 y 14 y en las letras a) y b) del artículo 15:
a) con el fin de proteger la fauna y flora silvestres y de conservar los hábitats naturales;
b) para evitar daños graves en especial a los cultivos, al ganado, a los bosques, a las pesquerías y a las aguas, así como a otras formas de propiedad;
Algo parecido pasa con la caza mayor, cada año, entre 40.000 y 50.000 hectáreas de la comarca de Señorío de Molina sufren las consecuencias de la creciente sobrepoblación de ciervos que habitan en el Parque Natural del Alto Tajo y sus alrededores, devorando las cosechas y afectando gravemente a los agricultores locales. En respuesta a esta situación alarmante, los afectados han presentado continuamente sus reclamos ante la Junta en busca de soluciones, todavía no dadas.
Según lo expresado por la COAG en un comunicado de prensa, la situación alcanza niveles de insostenibilidad, con agricultores que atraviesan tres temporadas consecutivas sin poder cosechar debido a que los ciervos consumen el 100% de sus cultivos en las áreas adyacentes al Parque. Esta realidad ha llevado a algunos agricultores a la desesperación, abandonando tierras que, a pesar de ser productivas, resultan inviables ante las pérdidas económicas que sufren. Este tema es arduo de explicar en un párrafo, lo atajaré en otro articulo próximamente.
Pero más allá de los aspectos técnicos y jurídicos, lo que subyace en este debate es una lucha entre la protección del lobo y los intereses de determinados sectores, especialmente la ganadería. Detrás de la aparente defensa del lobo se vislumbra una ideología que, según sus detractores, carece de fundamentos sólidos y se apoya en un ecologismo de salón.
El gobierno español ha impulsado esta medida por una agenda ideológica, más que por una verdadera preocupación por la conservación de la especie. La inclusión de todas las poblaciones de lobos en el Listado Lespre, Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, y la homogeneización del estatus de protección en todo el país parecen reflejar una decisión política más que una estrategia fundamentada en evidencia científica.
Como dijo el diputado de VOX , lo normal para preservar la naturaleza y llevar un control reglado es realizar :“control cinegético basado en un plan nacional de gestión, como la mejor herramienta para mantener un sano equilibrio en la coexistencia del hombre y el lobo”. Además, “propone un plan que debe de ser una herramienta que nos permita actuar de forma rápida y eficaz en las tareas de control del lobo, con unos criterios establecidos, con ayudas para la prevención de los ataques de lobos, y sobre todo con un objetivo fundamental, asegurar las poblaciones de lobos en nuestra geografía y mantener las poblaciones de ganaderos de montaña que son la esencia del mundo rural”.
Nos estamos olvidando, o, mejor dicho, se están olvidando del sector primario. Como ya he hablado en otro artículo, en Molina de Aragón apenas quedan un par de pastores con pocas cabezas respecto a hace años ¿esto es velar por el mundo rural y llevar a cabo nosecuantas mil medidas para el Reto Demográfico?
Es necesario reflexionar sobre el equilibrio entre la conservación de especies y los intereses económicos y sociales. La protección del lobo no debería significar la ruina de la ganadería, pero tampoco puede ser utilizada como pretexto para imponer agendas políticas sin un análisis riguroso de las consecuencias.
Cada vez es más evidente que no hay nada más natural y excepcional que el cuidado, el respeto y la protección de la dignidad tanto de estos animales como de los hombres y mujeres que trabajan y viven en el campo. Este enfoque no solo implica considerar la conservación de especies, sino también garantizar el bienestar y los medios de vida de aquellos que se ven directamente afectados por la presencia de los lobos. Solo a través de un compromiso genuino con la coexistencia pacífica y el equilibrio ecológico podemos aspirar a construir un futuro donde la naturaleza y las personas prosperen en armonía.
El surgimiento de lo que podríamos llamar un “ecologismo de despacho” es una preocupación creciente en la sociedad contemporánea. Esta forma superficial de compromiso con el medio ambiente se manifiesta en acciones y políticas que, si bien pueden parecer loables en la superficie, carecen de un verdadero impacto positivo en la conservación del entorno natural. Desde decisiones políticas tomadas sin un análisis profundo de las implicaciones ambientales hasta campañas de marketing que buscan más la imagen que el cambio real, el ecologismo de despacho refleja una desconexión entre las palabras y las acciones concretas necesarias para abordar los desafíos ambientales urgentes.
Hoy informamos, mañana transformamos: ¡Nos vemos en el próximo artículo!