Guadalajara, 15 de septiembre de 2024
La última tarde de la Feria de La Antigua de Guadalajara dejó una estela de emociones y contrastes, con actuaciones destacadas y momentos complicados para los rejoneadores. Los tres protagonistas de la jornada fueron Sergio Galán, João Ribeiro Telles y Sebastián Fernández, quienes se enfrentaron a astados difíciles que pusieron a prueba su temple y maestría en el ruedo.
Sergio Galán, una de las máximas figuras del cartel, mostró su categoría desde su primera aparición. En el cuarto toro de la tarde, desplegó una lidia elegante y pausada, toreando con gran temple y desde el estribo, lo que le permitió conectar rápidamente con el público. Su faena fue en ascenso, encendiendo los tendidos, que comenzaron a acompañar sus movimientos con música y palmas. No obstante, la suerte suprema no fue su mejor aliada, ya que la espada cayó baja, lo que empañó parcialmente su actuación. Aun así, el público, agradecido por su entrega, pidió con fuerza una oreja, reconociendo su talento a pesar del fallo final.
Por su parte, João Ribeiro Telles, en el quinto toro, vivió una tarde complicada. Lidiando con un astado de su propia ganadería, no logró encontrar el ritmo necesario para conectar con el público, que permaneció frío a lo largo de su faena. A pesar de algunos buenos momentos con las banderillas, el conjunto de su lidia careció de la emoción que los tendidos esperaban. Las cosas se complicaron aún más en la suerte suprema, cuando dejó un bajonazo que terminó por enfriar la tarde. Además, su caballo salió desordenado en varias ocasiones durante los momentos finales, lo que provocó el descontento del público, que lo despidió con una bronca.
El gran triunfador de la tarde fue Sebastián Fernández, quien cerró la feria con una actuación que le permitió salir a hombros. Enfrentándose al sexto toro, Fernández mostró su deseo de triunfar desde el inicio. Colocó un rejón de castigo bien medido y fue creciendo a lo largo de la faena. Los momentos más destacados llegaron con las banderillas, especialmente cuando colocó cuatro banderillas cortas en el centro del ruedo, lo que desató la euforia del público. Aunque en la suerte suprema el rejón de muerte quedó algo caído, fue suficiente para que el toro cayera, y el público, entregado, pidió con fuerza la oreja. Fernández, que había demostrado gran técnica y entrega, se ganó su salida a hombros y cerró con broche de oro una tarde llena de altibajos.
Así, la Feria de Guadalajara terminó con el brillo de Sebastián Fernández, las luces y sombras de Sergio Galán y la desafortunada actuación de João Ribeiro Telles, dejando a los aficionados con emociones diversas, pero con el recuerdo de una jornada intensa.
Por Álvaro González.