La villa de Cogolludo ha vivido un día de gran significado con la conmemoración de la Virgen de los Remedios. La histórica festividad, caracterizada por su doble celebración, matutina y vespertina, ha reunido a la comunidad en un homenaje lleno de tradiciones y devoción.
Cogolludo Celebra a la Virgen de los Remedios
La Cofradía de la Virgen de los Remedios, uno de los colectivos más antiguos de la localidad, ha liderado los actos en honor a la patrona del pueblo. La Junta Directiva de esta hermandad ha orquestado las actividades, que incluyen la tradicional procesión y otros actos religiosos.
La hermandad, fundada en 1583 como Nuestra Señora del Remedio y del Rosario, ha mantenido viva la tradición a lo largo de los siglos. En la actualidad, la Cofradía se encarga de vestir a la Virgen con un manto azul elegante y de preservar sus valiosas joyas y ornamentos.
La jornada comenzó con la novena que se celebró desde el 7 de agosto, acompañada por el rezo del santo rosario antes de la misa. La culminación llegó el 15 de agosto, el día de la patrona. La santa misa y la solemne eucaristía congregaron a fieles en la Iglesia de Santa María, acompañados por el emotivo canto del coro parroquial.
Uno de los momentos más conmovedores de la festividad fue la asunción simbólica de la Virgen de los Remedios durante la ceremonia religiosa. La imagen de la Virgen, oculta previamente en el camarín bajo, se alzó en el cántico del gloria, recordando la asunción de María a los cielos. Esta ceremonia, de antiguo linaje, es parte integral de la festividad y sus raíces históricas.
La procesión vespertina, uno de los momentos culminantes, recorrió las calles de Cogolludo, llevando a la Virgen de los Remedios a hombros de los fieles. La imagen de la patrona, tradicionalmente portando racimos de uvas, evoca la leyenda de su aparición en una vid.
Las seis paradas habituales permitieron a los devotos orar y contemplar la Virgen.
La tradición de la procesión de la Virgen de los Remedios tiene raíces que se remontan siglos atrás, con la primera referencia escrita datando del año 1594. A lo largo de los años, la festividad ha evolucionado, pero su esencia de devoción y conexión con la historia de Cogolludo ha perdurado.
El alcalde de Cogolludo, Juan Alfonso Fraguas, agradeció a los voluntarios de Protección Civil por su colaboración en mantener la seguridad durante la procesión.
La imagen de la Virgen de los Remedios fue llevada a hombros de los fieles en una procesión que recorrió diferentes calles del pueblo. Se detuvo en seis paradas, donde los fieles rezaban el rosario y el coro parroquial acompañaba con canciones.
Un ágape tradicional marcó el final de los actos religiosos del día, mientras que el alcalde agradeció a los voluntarios de Protección Civil y a la Hermandad por su contribución.
La ceremonia de la Eucaristía, acompañada por el coro parroquial con instrumentos como guitarras y laudes, se enriqueció con momentos simbólicos, como el ascenso de la imagen de la Virgen a su posición habitual durante el canto del gloria. La tradición de los racimos de uvas en manos de la Virgen evoca la aparición de la Virgen sobre una vid, un detalle presente en grabados históricos y estandartes antiguos.
La Cofradía de la Virgen de los Remedios, fundada en 1583, ha mantenido su compromiso a lo largo de los años. El hermano mayor, este año Andrés Saboya, lidera la festividad y desempeña funciones esenciales durante la celebración. La emotiva procesión de la tarde, con más de dos horas de duración y recorriendo tres kilómetros, constituye el clímax de la festividad.
La festividad de la Virgen de los Remedios también marca el inicio de los festejos taurinos en la Plaza Mayor, añadiendo una dimensión más a esta celebración de profundas raíces históricas y devoción arraigada en Cogolludo.