Guadalajara vivió el pasado 5 de enero una de sus noches más especiales con la tradicional cabalgata de Reyes Magos, que logró congregar a miles de vecinos en las calles a pesar de la lluvia intermitente. Sus Majestades de Oriente, junto a su comitiva, ofrecieron un espectáculo lleno de magia, fantasía y tradición que comenzó puntualmente a las 18:30 horas.
El desfile partió desde la calle Madrid y avanzó por la calle Mayor hasta Santo Domingo, recorriendo un itinerario cuidadosamente vallado para garantizar la seguridad de los asistentes. En esta ocasión, cerca de 300 figurantes y 16 comparsas acompañaron las tres carrozas reales, además de novedades como una carroza con un belén viviente y otra del apuntador real, encargada de recoger los deseos de última hora de los más pequeños.
La cabalgata incluyó elementos que cautivaron a niños y mayores: la estrella de Belén, caballos luminiscentes, una batucada iluminada, hinchables con los Reyes Magos en versión play móvil, y una gran corona real de cuatro metros de diámetro. No faltaron los tradicionales carboneros, que repartieron 100 kilos de carbón dulce mientras tiznaban con humor las caras del público.
La música también jugó un papel destacado, con la banda del Cristo de la Paz y los villancicos de la Ronda de la Alegría animando la espera en Santo Domingo. Durante el recorrido se repartieron más de 2.000 kilos de caramelos sin gluten y hasta 10.000 coronas de cartón, en una fiesta donde la ilusión reinó sobre el mal tiempo.
El acto culminó en la iglesia de San Ginés, donde los Reyes Magos realizaron la tradicional adoración al Niño y ofrecieron los regalos de oro, incienso y mirra. La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, recibió a la comitiva junto a miembros de la Corporación municipal y entregó al Rey Melchor la llave de la ciudad, un gesto simbólico para que Sus Majestades pudieran llevar la magia a todos los hogares.
Durante su intervención, Guarinos agradeció la generosidad de los Reyes y reconoció el trabajo de los profesionales que hicieron posible el evento, como policías, bomberos, sanitarios, protección civil y servicios de limpieza. Además, pidió “mucha salud para todos los guadalajareños” y expresó su deseo de que la ilusión de la Noche de Reyes perdure durante todo el año.
La voz de los niños también tuvo protagonismo en la ceremonia, con dos pequeños que subieron al escenario para pedir a los Reyes paz, amor y un recuerdo para las personas afectadas por las inundaciones en Valencia. Por su parte, Melchor dirigió unas palabras al público, recordando que el regalo más valioso es el tiempo compartido con los seres queridos, antes de despedirse con una invitación a los pequeños a acostarse pronto para esperar su llegada.
La noche concluyó cerca de las nueve, cuando Sus Majestades abandonaron las calles tras saludar y fotografiarse con las familias que desafiaron el frío hasta el último momento. Con ello, Guadalajara cerró una cabalgata inolvidable que, una vez más, llenó de magia y esperanza los corazones de los vecinos.