¡San Blas llegó pisando fuerte a Cabanillas del Campo este 3 de febrero!
La localidad celebró su fiesta patronal con una mañana soleada pero fresca que no impidió que los vecinos se volcaran en los actos programados. Y es que, como cada año, la fiesta estuvo cargada de tradición, humor y mucha diversión.
Desde las primeras horas, la cigüeña regresó puntual a su cita sobre la Iglesia de San Pedro y San Pablo, marcando el inicio oficial de un día lleno de emociones. Y para ponerle el toque festivo, la Botarga de San Blas, acompañada de su inseparable “El Campana”, recorrió las calles del pueblo, persiguiendo a los niños y haciendo reír a todos con sus bromas y ocurrencias.
La Botarga, recuperada en 2022 tras más de 150 años de ausencia, sigue siendo el alma de la fiesta.
A las 11:00 horas, el grupo de dulzaineros Kalaberas hizo que el aire se llenara de música con su desfile. Pasacalles y pasodobles animaron a los vecinos a salir a la calle, mientras el ritmo de sus instrumentos tradicionales llenaba el casco histórico de vida y color.
Pero el plato fuerte llegó a las 12:00, cuando la procesión de San Blas comenzó su recorrido. Los vecinos acompañaron a la imagen del santo por las calles más emblemáticas del municipio, siguiendo el sonido festivo de las dulzainas. Un desfile religioso que no solo fue un acto de devoción, sino también una verdadera muestra de la comunidad cabanillera unida.
Tras la procesión, la Iglesia de San Pedro y San Pablo se llenó de fervor con la Misa Mayor, celebrada por cinco sacerdotes y presidida por el azudense Eugenio Abad Vega. La ceremonia contó con la presencia de autoridades locales, regionales y provinciales, que no quisieron perderse este acto tan importante para la localidad. La Coral Deleitia puso el broche final con su interpretación musical, creando una atmósfera única y especial.
El sabor de la tradición también estuvo presente con el reparto de dulces y limonada en la Plaza de la Iglesia. Este evento, que siempre genera mucha expectación, contó con la colaboración de la Asociación de Mujeres “La Campiña” y, como no podía ser de otra forma, con la animación de la Botarga, los dulzaineros de Kalaberas y los gigantes y cabezudos, que hicieron que los más pequeños se lo pasaran en grande.
Una vez más, Cabanillas ha demostrado que su fiesta de San Blas es mucho más que una tradición religiosa: es un día de encuentro, de risas y, sobre todo, de compartir con los vecinos.
¡Viva San Blas y viva Cabanillas!
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