El caserío de Albolleque revive: una alianza vecinal y municipal impulsa su rehabilitación
Chiloeches, 23 de mayo de 2025
A orillas del tiempo, donde la memoria se entrelaza con la piedra y el olivo, el caserío de Albolleque comienza a despertar de su letargo. Gracias al impulso de la recién constituida Asociación Comunidad de Edificios de Albolleque y el decidido apoyo del Ayuntamiento de Chiloeches, este enclave histórico se prepara para un ambicioso proceso de rehabilitación patrimonial.

El encuentro celebrado entre los representantes municipales y la nueva asociación ha marcado un punto de inflexión. Sobre la mesa, no solo se compartieron los primeros logros en la restauración de este conjunto rural, sino también un ilusionante horizonte de proyectos culturales, sociales y agrícolas que buscan dar nueva vida a unos espacios cargados de historia.
Un legado rural que vuelve a latir
Adquirido en 1928 por trece visionarios agricultores de la localidad, el caserío de Albolleque representa un capítulo esencial en la historia de Chiloeches. Con más de 1.000 hectáreas en su época dorada, esta finca fue un modelo de explotación agrícola tradicional, dotada de su propia fábrica de aceite, bodega, taller de carpintería, capilla y hasta una era de trilla de 3.000 metros cuadrados.

Entre los edificios más representativos destacan la casa de labor, las viviendas de antiguos jornaleros, los corrales, las cuadras y, muy especialmente, la ermita de San Marcos, en la que ya se han ejecutado trabajos de mejora: nueva acera, drenaje, carpintería, pintura interior, cristalería, barnizado y mejora de iluminación.
Rehabilitación con alma y futuro
El proyecto no se limita a la restauración arquitectónica: busca devolver al caserío su alma comunitaria. Los edificios rehabilitados podrán acoger actividades culturales, encuentros vecinales, iniciativas escolares o espacios para personas mayores, generando un tejido social activo y comprometido.
Desde la asociación se subraya que muchos de los descendientes de los primeros compradores aún viven en Chiloeches y podrían reencontrarse con sus raíces a través de estos nuevos usos. Es, en esencia, un homenaje vivo a quienes un día apostaron por esta tierra.
“El patrimonio rural no solo se protege, se vive”, expresó el alcalde de Chiloeches durante la visita. “Albolleque no es solo historia, es una oportunidad de desarrollo local y cohesión. Tendrán todo nuestro apoyo para que esta iniciativa se haga realidad cuanto antes”.
Un proyecto colectivo y sostenible
La financiación del proyecto se nutrirá inicialmente de ingresos por alquileres rurales y de las ayudas que puedan obtenerse, tanto públicas como privadas. La Asociación hace un llamamiento a la colaboración de instituciones, empresas y vecinos para mantener este legado vivo.
Albolleque, con sus muros centenarios y su horizonte de olivos, está a punto de renacer. No como un eco del pasado, sino como un espacio abierto al presente, al encuentro y a la esperanza.
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