El Valle del Río Salado, escenario de un taller internacional de arquitectura que une paisaje, memoria y futuro
Guadalajara, 10 de septiembre de 2025
Entre colinas silenciosas y huellas de un antiguo sistema productivo, el Valle del Río Salado ha vuelto a despertar como territorio de reflexión y aprendizaje. La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá (UAH) celebró recientemente la duodécima edición del Taller de Proyectos de la Red Internacional de Escuelas de Arquitectura Designing Heritage Tourism Landscapes (DHTL), una cita que reunió a voces académicas de España, Italia, Francia y Argentina con un propósito común: imaginar nuevas formas de regenerar un paisaje castigado por la despoblación y el abandono de sus salinas.
El encuentro, coordinado por la profesora Ángeles Layuno y el grupo de investigación ARHCIPAI, convirtió al río Salado en protagonista de un debate que trasciende la arquitectura. Bajo el lema “Río Salado Landscape, Tourism and Regeneration”, los participantes exploraron cómo el diseño puede convertirse en herramienta para rescatar un patrimonio cultural de gran valor y, al mismo tiempo, darle un nuevo sentido dentro del territorio.
Un viaje al corazón del patrimonio
El taller no se limitó a las aulas.
Profesores y estudiantes recorrieron los parajes donde se localizaron las áreas de proyecto, visitaron el patrimonio restaurado de Saelices de la Sal y dialogaron con expertos y representantes institucionales sobre las necesidades y aspiraciones de la zona.
En cada parada se hizo evidente la fragilidad del valle y, a la vez, el potencial que encierra para convertirse en ejemplo de recuperación y sostenibilidad.
El reto no era menor: recomponer fragmentos de un paisaje industrial en ruinas, devolverles función y dignidad, y hacerlo sin traicionar su memoria. De ahí surgieron propuestas que combinan accesibilidad, reinterpretación del patrimonio y nuevos usos vinculados al turismo, la cultura y el medio ambiente.
Un territorio que mira a la UNESCO
El Salado y sus salinas forman parte de la candidatura “Paisaje Dulce y Salado de Sigüenza y Atienza” a Patrimonio Mundial. Esta dimensión internacional dio aún más peso al taller, al situar el trabajo de los estudiantes y docentes dentro de una estrategia global para reforzar la identidad y el valor del territorio. Las propuestas aspiran a recuperar espacios físicos y a tejer vínculos emocionales y sociales que frenen la pérdida de población y devuelvan vitalidad al valle.
La fuerza de la colaboración
La iniciativa se integra en el proyecto de investigación Red Temática de Paisajes Industriales (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, RED2022-134828-T) y ha contado con el apoyo de la Diputación de Guadalajara, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Sigüenza, la Fundación General de la UAH, el Vicerrectorado del Campus de Guadalajara y la Candidatura Sigüenza Patrimonio Mundial, entre otras entidades.
Más allá de los resultados académicos, el taller dejó una certeza compartida: que la regeneración del Valle del Río Salado no puede entenderse solo como un ejercicio arquitectónico, sino como un compromiso cultural, social y medioambiental. Un paisaje de salinas olvidadas que hoy empieza a imaginarse de nuevo gracias al diálogo entre tradición y futuro, entre memoria y creación.
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