El corazón de Espinosa de Henares volvió a latir al ritmo de una antigua tradición el pasado 30 de abril, cuando los vecinos se reunieron en la Plaza del Ayuntamiento para revivir la costumbre de Plantar el Mayo. Esta celebración, que durante años había sido una parte fundamental del tejido cultural del pueblo, resurgió con fuerza después de una década de ausencia.
Espinosa de Henares Revive Plantar el Mayo después de una Década
La Plaza del Ayuntamiento se llenó de vida y emoción mientras los espinoseros se unían para llevar a cabo este ancestral ritual. La Plantada del Mayo, que tiene lugar durante la noche del 30 de abril al 1 de mayo, marca un momento de renovación y esperanza para los vecinos, simbolizado por el árbol, o “mayo”, que se erige en el centro de la plaza.
El evento fue posible gracias al esfuerzo conjunto del Ayuntamiento de Espinosa de Henares y colaboradores locales como El Obrador de Heri, La Dehesa de Espinosa y Espagreen. Juntos, lograron recrear la atmósfera festiva y tradicional que caracteriza a esta celebración, el aroma tentador de una barbacoa de carne y espárragos a la parrilla, acompañados de refrescantes bebidas, inundó el aire, añadiendo un toque gastronómico a la celebración.
La noche transcurrió entre risas, conversaciones animadas y el trabajo en equipo de los mozos del pueblo, que trasladaron el chopo desde el río hasta la plaza, donde fue erigido con orgullo. Este gesto, lleno de simbolismo, no solo representó la restauración de una tradición perdida, sino también la transmisión de un legado cultural a las generaciones venideras.
El Ayuntamiento de Espinosa de Henares subrayó la importancia de mantener vivas las tradiciones como parte integral de la identidad de un pueblo, destacando el compromiso del pueblo con sus raíces y su cultura.
Con la restauración de esta ancestral tradición, Espinosa de Henares asegura que la fiesta de los mayos continúe siendo una parte viva y vibrante de su cultura, transmitida de generación en generación. La noche del 30 de abril no solo marcó el regreso de una antigua costumbre, sino también el renacimiento de un vínculo invaluable entre el pueblo y su patrimonio cultural.