Decepción y hastío marcan el curso 2024-2025 en Castilla-La Mancha: CSIF denuncia la consolidación de los recortes en la educación pública
El Curso escolar 2024-2025 en Castilla-La Mancha ha concluido dejando tras de sí una estela de decepción, cansancio acumulado y promesas incumplidas. Así lo denuncia la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que traza un balance profundamente negativo del año académico, marcado, una vez más, por la persistencia de unos recortes educativos que parecen haberse enquistado en el sistema público regional.
En palabras del sindicato, la educación pública en Castilla-La Mancha continúa arrastrando las mismas carencias estructurales que lleva sufriendo desde hace más de una década, cuando en 2011 comenzaron unos ajustes que, lejos de revertirse, se han convertido en norma. Lejos de la tan anunciada recuperación, el modelo actual se caracteriza por la falta de inversión, el desgaste del profesorado y una gestión que, según CSIF, no responde a las verdaderas necesidades del alumnado ni del personal docente.
Un curso que comenzó con huelga y termina con hartazgo
“Iniciamos el curso con una huelga docente y lo cerramos con el mismo hastío que lo marcó desde el principio”, lamenta Juan Luis Martínez, presidente de CSIF Educación en la región.
La sensación de desánimo es generalizada. El sindicato denuncia una combinación de burocracia asfixiante, exceso de carga lectiva, ratios escolares aún muy por encima de lo deseable y una ausencia de recursos que impide avanzar hacia una educación inclusiva y de calidad.
Entre los puntos más sangrantes, CSIF subraya que los docentes interinos continúan sin cobrar el verano salvo en casos muy concretos, las ratios solo se han reducido en Infantil y primer curso de Primaria —como consecuencia de la caída de la natalidad, no por medidas de mejora—, y el horario lectivo sigue sin adecuarse a las 23 horas en Secundaria y FP o las 19 en Primaria, como ocurre en otras comunidades autónomas.
La brecha entre lo prometido y lo real se ha ensanchado aún más con la firma del nuevo acuerdo educativo entre la Consejería de Educación y los sindicatos CCOO, Anpe y UGT. Para CSIF, se trata de un documento vacío de contenido efectivo, donde las pocas mejoras planteadas se posponen hasta 2028 o quedan condicionadas a una disponibilidad presupuestaria incierta.
“Es un simple posado institucional. Se acaba un acuerdo que no ha servido para nada, y se firma otro que sigue la misma estela”, sentencia Martínez.
Interinidad crónica y oposiciones mal organizadas
La situación de los interinos sigue siendo uno de los principales lastres del sistema. Según CSIF, la tasa de interinidad en la región roza el 33%, con casi 10.400 docentes en situación temporal. Las 795 plazas convocadas en las recientes oposiciones de Enseñanzas Medias son, a juicio del sindicato, absolutamente insuficientes para cumplir con los objetivos fijados por la Ley de Estabilización del Empleo Público.
La celebración de las oposiciones el pasado sábado ha dejado también numerosas quejas por parte de los aspirantes. El sindicato recoge testimonios de opositores que se vieron obligados a realizar largos desplazamientos por la falta de alojamiento en ciudades como Toledo —coincidiendo con la festividad del Corpus Christi— y señala fallos organizativos graves, como el caso del examen de la especialidad de Procesos de Gestión Administrativa, donde parte del enunciado fue entregado con 40 minutos de retraso, y en algunos tribunales, nunca llegó a distribuirse.
Altas temperaturas y edificios al límite
A las dificultades académicas se suma un problema físico cada vez más recurrente: las altas temperaturas en las aulas. CSIF acusa al Gobierno regional de no cumplir el Plan de Climatización aprobado en legislaturas anteriores, lo que ha provocado que numerosos centros finalizaran el curso con temperaturas insoportables para alumnos y docentes. El sindicato alerta de que la situación se repite año tras año sin que se adopten medidas estructurales ni inversiones reales.
En materia de infraestructuras, el deterioro avanza sin freno. El CEIP Severo Ochoa de La Mata es un ejemplo de abandono institucional: goteras, baños en condiciones insalubres, presencia de roedores y una precariedad que contrasta con la retórica oficial. En localidades como Illescas, centros educativos saturados trabajan al límite de su capacidad, y la promesa de nuevas instalaciones —como en el caso del IESO Amalia Avia de Ocaña— sigue sin materializarse, dejando a los estudiantes en aulas prefabricadas con espacios insuficientes.
Aulas sin autoridad ni apoyo suficiente
Uno de los aspectos que más preocupa al sindicato es el deterioro del clima de convivencia en los centros escolares. Rubén Gómez, responsable de CSIF Educación en Toledo, advierte que más del 50% del profesorado ha sufrido situaciones violentas en el aula, según una encuesta interna. La mayoría de los casos se corresponden con insultos, amenazas y comportamientos disruptivos por parte del alumnado. Uno de cada diez docentes ha sufrido agresiones físicas. Todo ello agravado por el uso problemático de móviles y redes sociales.
“Los docentes están desprotegidos. El decreto de autoridad del profesorado, aprobado en 2013, no se aplica en la práctica. La Administración mira hacia otro lado”, denuncia Gómez.
La falta de recursos también tiene un impacto directo sobre la inclusión educativa. CSIF señala que el número de especialistas en Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje o fisioterapia está muy por debajo de lo necesario. Las tablas que determinan su asignación están desfasadas desde hace más de 20 años, cuando el número de alumnos con necesidades especiales era mucho menor. Además, se han suprimido unidades de acompañamiento en las delegaciones provinciales y no se cubren las plazas de orientadores ni de personal sanitario en los centros.
Castilla-La Mancha, en el furgón de cola
“Estamos en el vagón de cola del sistema educativo español”, concluye Juan Luis Martínez.
Para CSIF, los datos de los informes PISA, en los que Castilla-La Mancha aparece sistemáticamente en los últimos puestos, no hacen sino reflejar una realidad que ya se vive en las aulas: un sistema educativo sin rumbo, donde los esfuerzos del profesorado chocan con la falta de apoyo institucional.
Mientras la Consejería de Educación vende mejoras futuras, en los centros se consolidan los problemas presentes: burocracia excesiva, condiciones laborales empobrecidas, precariedad, interinidad, agresiones, ratios desproporcionadas, carencias materiales y promesas que nunca llegan a cumplirse.
A juicio del sindicato, el curso 2024-2025 ha sido un año perdido. Un año más en que la comunidad educativa, en lugar de avanzar, ha tenido que resistir. Un año que no se cierra con esperanza, sino con una amarga certeza: en Castilla-La Mancha, la educación pública sigue sin ser una prioridad.








