La plaza de toros de Almoguera (Guadalajara) vivió este sábado una tarde marcada por la entrega de los toreros y la variedad en el juego del encierro de El Pilar. Con tres cuartos de entrada en los tendidos y un ambiente participativo y respetuoso, el festejo se desarrolló con media hora de retraso, pero rápidamente encontró ritmo gracias a la actitud de los tres espadas anunciados en el cartel.
Los toros de El Pilar, bien presentados en líneas generales, ofrecieron un comportamiento dispar. Algunos permitieron el lucimiento y otros exigieron firmeza y técnica para imponerse. Aun así, el conjunto resultó interesante, con pasajes de emoción y toros que permitieron ver faenas de mérito.
Cayetano, torería de despedida
Cayetano Rivera, que afronta esta temporada como la de su adiós a los ruedos, fue recibido con una ovación cálida por parte de los aficionados, conscientes del momento especial que supone cada una de sus actuaciones este año. En su primero, un toro manejable aunque justo de fuerzas, dejó constancia de su torería clásica, elegante y serena. Toreó con suavidad, destacando los muletazos por el pitón derecho, llenos de cadencia y buen gusto. Aunque el toro no terminó de romper, el trasteo tuvo detalles de calidad. Falló con la espada y fue silenciado.
En su segundo, más colaborador, volvió a mostrar ese concepto añejo que le caracteriza. La faena fue a más, con series templadas y un toreo de compás abierto y naturalidad. Esta vez sí acertó con la espada, lo que le valió una oreja muy celebrada, tanto por su calidad como por el valor simbólico de cada triunfo en esta temporada de despedida.
Luis David Adame, frescura y ambición
El mexicano Luis David Adame aportó a la tarde un aire fresco y dinámico, con una actitud entusiasta y comunicativa desde el primer momento. En su primero, no logró redondear la faena debido a las pocas opciones que ofreció el astado, que se defendía y embestía sin ritmo. A pesar de su disposición, fue silenciado tras no poder estructurar una faena compacta.
Sin embargo, en su segundo toro, el quinto del festejo, encontró el mejor tono de la tarde. El de El Pilar tuvo más movilidad y clase, y Adame lo aprovechó con una labor vibrante y conectada con los tendidos. Destacaron las tandas por ambos pitones, especialmente al natural, en una faena ligada, de buen trazo y muy bien rematada. Tras una estocada en buen sitio, fue premiado con una oreja de peso, reconocida por su esfuerzo y entrega.
Tomás Rufo, madurez y solvencia
Tomás Rufo volvió a demostrar por qué es uno de los toreros más sólidos del escalafón actual. En su primero, un toro con ciertas complicaciones por el pitón derecho pero con mayor entrega por el izquierdo, mostró temple, mando y profundidad. La faena tuvo empaque, con muletazos largos y sentidos, destacando una serie de naturales que levantaron al público de sus asientos. Mató con contundencia y paseó la oreja tras fuerte petición de la segunda.
En su segundo, el último de la tarde, mantuvo el nivel de su anterior labor. Rufo, siempre firme y asentado, toreó con largura y despaciosidad, mostrando una madurez artística que impresiona en cada pase. Fue otra faena seria, sin alardes innecesarios, basada en el buen toreo fundamental. Mató de nuevo con eficacia y volvió a cortar una oreja, redondeando una actuación de doble premio y sabor a figura.
Ficha del festejo
Plaza de toros de Almoguera (Guadalajara).
Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Se lidiaron seis toros de El Pilar, bien presentados, de juego desigual. Algunos ofrecieron posibilidades de triunfo; otros, más complicados, exigieron técnica y firmeza.
- Cayetano, silencio y oreja
- Luis David Adame, silencio y oreja
- Tomás Rufo, oreja con fuerte petición de la segunda y oreja
Incidencias: El festejo comenzó con treinta minutos de retraso. El público se mostró participativo y entregado durante toda la tarde.
Entrevista exclusiva con Luis David Adame y estreno de nueva sección de Pablo González









