Dos docentes de Cogolludo viajan a Italia para formarse en nuevas metodologías educativas dentro del programa Erasmus+SCH
El CRA La Encina abre nuevos caminos en la enseñanza rural gracias a Erasmus+
Cogolludo, lunes 16 de junio de 2025
En un entorno donde la enseñanza se enfrenta al reto diario de adaptarse al presente sin perder su vocación humanista, el Centro Rural Agrupado La Encina (Carrascosa de Henares, Cogolludo, Espinosa de Henares), con sede en Cogolludo, ha dado un paso decidido hacia el futuro. A través de su participación en el consorcio Erasmus+SCH, dos de sus docentes han protagonizado una experiencia formativa en Italia que trasciende lo académico para convertirse en una vivencia de transformación personal y profesional.
Las dos últimas movilidades han tenido lugar entre el 4 y el 10 de mayo, por las docentes Ana Mª Velasco y Mirian Pérez a la ciudad de Matera en Italia.
La iniciativa, enmarcada dentro del proyecto europeo “Nuevos horizontes en el aprendizaje hacia una educación más dinámica, inclusiva e innovadora”, busca favorecer un intercambio real de conocimientos, valores y metodologías entre docentes europeos, apostando por una educación intercultural, abierta a la diversidad y sensible a los retos del siglo XXI.
Durante seis días, las profesoras Ana María Velasco y Mirian Pérez se desplazaron hasta la ciudad de Matera, en la región italiana de Basilicata. Allí participaron en una movilidad de job shadowing, un formato de formación inmersiva que les permitió convivir con la comunidad educativa local, conocer sus dinámicas y reflexionar, desde la práctica, sobre los desafíos comunes que comparten las escuelas del continente.
Una vivencia transformadora en la ciudad de la piedra
Matera, con su singular belleza esculpida en roca y su historia milenaria, fue el escenario perfecto para un aprendizaje que va más allá de las aulas. Las profesoras del CRA La Encina se integraron activamente en la jornada escolar de dos instituciones italianas: el Istituto Comprensivo Bramante Torraca y el Istituto Comprensivo Fermi di Matera. Allí, compartieron el día a día con sus colegas europeos, participando en clases, reuniones y actividades escolares, y observando cómo se gestionan aspectos clave como la organización del aula, la relación con las familias o el rol del alumnado en su propio proceso de aprendizaje.
“Ha sido una experiencia muy enriquecedora, tanto a nivel personal como profesional”, resume Ana María Velasco.
“Este intercambio me ha hecho detenerme, mirar con otros ojos lo que hacemos cada día y darme cuenta de la necesidad de integrar nuevas metodologías que hagan de nuestra enseñanza una herramienta más inclusiva, más respetuosa con la diversidad”.
Una apuesta firme por la innovación educativa en el medio rural
Por su parte, Mirian Pérez subraya el impacto personal de la movilidad:
“Salir de mi zona de confort me ha permitido mejorar mi competencia comunicativa en otro idioma y desarrollar habilidades de adaptación y resolución de problemas. Además, he aprendido prácticas pedagógicas diferentes que pueden trasladarse perfectamente a nuestro contexto rural”.
La docente también destaca la importancia de “establecer redes de colaboración educativa con centros europeos, que enriquecen no solo al profesorado, sino también al alumnado y a la comunidad”.
La participación del CRA La Encina en este tipo de proyectos europeos supone una firme declaración de intenciones: romper con la idea de que la innovación educativa está reservada a los grandes núcleos urbanos.
Desde un pequeño pueblo como Cogolludo, las puertas al mundo también se abren, y la educación rural puede ser tan vanguardista y global como la de cualquier metrópoli.
Una escuela que aprende del mundo
El proyecto Erasmus+SCH tiene como objetivo principal tender puentes entre docentes de distintos países, promoviendo un conocimiento profundo de otras culturas, valores, estilos de vida y, de forma especial, de sus modelos educativos. Este enfoque busca no solo mejorar la competencia digital y lingüística, sino también fomentar una mirada pedagógica más amplia, plural y transformadora.
A su regreso, ambas docentes han coincidido en la riqueza del aprendizaje adquirido.
“Este tipo de experiencias te obliga a cuestionarte, a revisar tus certezas, y a abrirte a nuevas formas de entender la enseñanza”, afirma Velasco.
“Nos ha permitido ampliar nuestra visión del mundo, reforzar nuestra empatía intercultural y comprender que otra manera de enseñar es posible, incluso necesaria”.
La estancia ha sido corta, pero sus efectos perdurarán mucho más allá de esos seis días en Matera. Ahora, toca sembrar lo aprendido en las aulas del CRA La Encina, compartirlo con los compañeros, y adaptarlo a las necesidades de su entorno. Porque la innovación educativa no es cuestión de distancia, sino de actitud, y porque en cada aula rural también puede latir el pulso de Europa.








