Un grupo de adolescentes del Instituto Ana María Matute en Cabanillas del Campo se unieron en un Taller de Graffiti organizado por el AMPA. Guiados por el muralista Israel “Nemo LKA Art”, crearon un mural con la frase “Se es de donde se quiere ser”, de Ana María Matute. La actividad fue un éxito y se planea repetirla.
Muralismo en Cabanillas del Campo: Arte y Mensaje en el Instituto Ana María Matute
Un grupo de aproximadamente veinte estudiantes del Instituto Ana María Matute en Cabanillas del Campo participaron en un emocionante Taller de Graffiti organizado por la Asociación de Madres y Padres del centro educativo. Bajo la dirección del reconocido muralista Israel “Nemo LKA Art”, los jóvenes dejaron fluir su creatividad en un mural ubicado en el muro exterior del instituto, hacia la calle Carretera de Marchamalo.
El mural lleva inscrita una poderosa frase: “Se es de donde se quiere ser”. Este lema, extraído de la obra de Ana María Matute, resuena con un mensaje de libertad y pertenencia. La tipografía grafitera es el elemento central de esta obra de arte callejero, que busca embellecer y transmitir un mensaje positivo a la comunidad educativa.
El taller, que se extendió por más de dos horas, resultó ser un completo éxito con todas las plazas ocupadas. Los participantes, tanto estudiantes como padres y madres, quedaron encantados con la experiencia de crear arte en el entorno escolar. Debido al entusiasmo y la buena acogida, el AMPA ya está considerando la posibilidad de organizar más talleres de este tipo en otras paredes del instituto, promoviendo así la creatividad y el sentido de identidad entre los jóvenes.
Esta iniciativa demuestra el compromiso del Instituto Ana María Matute y su comunidad educativa en fomentar el arte y la expresión creativa entre sus estudiantes, reafirmando la importancia de espacios artísticos en el entorno escolar.
Ana María Matute
Renombrada escritora española, nacida en Barcelona en 1925 y fallecida en 2014. Reconocida con importantes premios como el Nacional de las Letras y el Cervantes, también fue académica de la Real Academia Española. Desde su primera obra, “Los Abel”, recibió elogios de la crítica y el aprecio del público.
Criada en una familia acomodada durante la guerra civil española, Matute fue la segunda de cinco hermanos. Experimentó una infancia marcada por la falta de cariño materno y la cercanía con su padre, quien le relataba historias fantásticas de sus viajes. Estos relatos inspiraron su imaginación, como se ve en su muñeco Gorogó, protagonista de “Primeras memorias”.
Desde temprana edad, Matute demostró su talento para la escritura. A los cuatro años sobrevivió a una grave enfermedad y al año siguiente escribió su primer cuento, ilustrándolo ella misma. Educada en colegios religiosos, a los diez años creó una revista, “Shibyl”, y a los diecisiete escribió su primera novela, “Pequeño teatro”, aunque no se publicó hasta varios años después.
A lo largo de su carrera, Matute escribió numerosas obras que capturan la esencia de la posguerra española, destacando títulos como “Primera memoria”, parte de su trilogía “Los mercaderes”, y “Olvidado rey Gudú”. Su calidad literaria se refleja en los múltiples premios que recibió, incluyendo el Nadal, el Planeta, y el Nacional de Literatura, entre otros.
Además de su prolífica carrera literaria, Matute se involucró en actividades en pro de la paz y la literatura, siendo parte de “Escritores por la paz” y siendo miembro de la Real Academia Española. Su legado perdura en la influencia de su obra, traducida a 23 idiomas, y en el reconocimiento internacional, como el premio Cervantes que recibió en 2010.
Ana María Matute falleció en 2014, dejando un legado literario vasto y significativo que abarca novelas, cuentos y ensayos, mostrando su habilidad para explorar temas profundos con una prosa poética y conmovedora.