La cantautora, natural de Gáldar (Gran Canaria), ofreció un recital íntimo, delicado y lleno de autenticidad que conquistó al público desde el primer acorde.
Dulzura canaria para la penúltima “Noche Acústica” de 2025
Marilia Monzón llenó de emoción y sensibilidad la Casa de la Cultura de Cabanillas del Campo en la penúltima cita del ciclo musical “Noches Acústicas” de este 2025.
Con una puesta en escena sobria —solo guitarra acústica, un pandero tradicional y una copa de vino— Monzón brilló con su voz poderosa y emotiva, capaz de alcanzar registros imposibles y emocionar sin artificios. Durante su actuación presentó temas de su primer trabajo discográfico y adelantó algunas canciones del próximo álbum en el que ya está inmersa.
Muy alejada del escaparate mediático que supuso su paso por Operación Triunfo en 2018, la artista canaria ha construido una identidad musical propia, donde conviven la raíz isleña, el lirismo y el intimismo. Canciones como “Trazando rutas”, “Cruzando el charco” o “Hay un fuego” resonaron con fuerza en el espacio cultural, así como su conmovedora versión del clásico “La Llorona”.

Antes de la actuación de Monzón, el escenario lo abrió el grupo Terror Milk, con una propuesta ecléctica y llena de sorpresas. El trío presente en Cabanillas —con Luigi Gómez al frente— apostó por una fusión sonora que va del pop psicodélico a la ironía, sin dejar de lado el juego vocal, uno de sus sellos más distintivos. Entre los integrantes destacó la participación del cabanillero Néstor Díaz, quien sumó a la experiencia con originales percusiones y efectos creados con objetos poco convencionales.
La noche no solo fue música.
En la cafetería de la Casa de la Cultura se pudo visitar una exposición de ilustración y cómic a cargo del artista alcarreño Ekim, quien aportó su visión gráfica como complemento perfecto a esta velada multidisciplinar.








