José Manuel Cascajero, el presidente del Consejo de Administración de Cemex en España explicó que esta hoja de ruta verde puede generar valor. “Podemos convertir muchos residuos de otras industrias y de la sociedad en recursos para nuestra industria”, expuso, “somos una de las industrias únicas que puede conseguirlo”. En estos momentos en España el 36% de la energía que consumen estas fábricas ya viene de combustibles derivados de residuos, neumáticos, madera y biomasa vegetal, barnices, aceites usados, disolventes o harinas animales. Todavía queda margen para avanzar, pues hay países como Alemania, Noruega o Austria, que están en el 70%.
“Tenemos muchas más soluciones, tenemos ideas para poder utilizar y conseguir que ese camino hacia las cero emisiones sea factible”, aseguró Cascarejo. Contó que Cemex solo en Castilla-La Mancha ha comprometido 20 millones en inversión en esta área. Tienen en Villasequilla (Toledo) la fábrica de Castillejo, que es su centro de innovación y tecnología.
Carmen Díaz Carabal apuntó otras vías en las que el sector tiene que trabajar. “Hay tecnología que ya existe para la captura, almacenamiento y utilización del CO2”, contó. El objetivo marcado es llegar a la descarbonización completa en 2050, pero ya hay primos hitos importantes que cumplir en 2030. Díaz Carabal cree que “Tenemos que acelerar y movernos más rápido hacia esa descarbonización”.
Destaca que su sector tiene que trabajar en tener el menor impacto medioambiental posible en el entorno en el que opera. Puso como ejemplo la restauración que se hizo de la cantera de Ciruelos-Yepes, en Toledo. También trabajan en la producción de hormigones y cementos ‘eco’, con una reducción de la huella de carbono de hasta el 70% en su producción. Añadió que están además fabricando “morteros sostenibles, que favorezcan mejores aislamientos”. Eso hará que las viviendas de las ciudades necesiten consumir menos energía para mantener una temperatura confortable.
En el ámbito de la economía circular, volvió a reincidir en el uso de residuos para generar combustibles y energía alternativa. Adelantó que para 2026 en su planta de Villaluenga estarán superando el 80% de “utilización de esos residuos que de otra manera acabarían en un vertedero”. Y también se puede hacer economía circular ‘reciclando’ los escombros: “Ya estamos usando residuos de demolición y construcción de edificios para incorporar a nuestro proceso productivo”.
La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, asistió a la inauguración de estas jornadas. Expuso que es un sector que comprende a 120 empresas en la región y 2.300 empleos: “Puede parecer poca cosa, pero ese empleo es estable y de calidad”. Destacó que ese empleo ha crecido un 62% desde 2015.
Adelantó que Castilla-La Mancha está muy pendiente de los trabajos del Gobierno de España con la nueva Ley de Industria, para la que han presentado algunas alegaciones. Comentó que la idea es desarrollar luego en la región su propia Ley de Industria que vaya en consenso con la nacional.
Por parte de UGT, en la inauguración intervino Raúl Alguacil García, secretario general de UGT-FICA. Comentó que Castilla-La Mancha tiene una legislación medioambiental muy restrictiva y que en algún caso puede complicar que la región compita con el resto de comunidades autónomas y que haya inversiones que en lugar de venir a Castilla-La Mancha acaben en otras vecinas como Comunidad Valenciana. “Castilla-La Mancha quiere participar en el juego industrial con las mismas reglas que el resto de España”, avisó.
Maribel Cabañero, secretaria general de CCOO Hábitat Castilla-La Mancha aportó varias derivadas en esa transición a la descarbonización en el ámbito del empleo. Reivindicó que hay que trabajar en la seguridad: “Es fundamental que los empleos sean seguros y las medidas de prevención sean cada día más para evitar los accidentes”. Por otro lado pidió al Gobierno y las administraciones que ayuden a que se mantengan estos empleos que se generan en zonas rurales: “Hace que se fije población”.