En una tarde noche calurosa en Tielmes, se lidiaban novillos de Ana Romero para Curro Muñoz, Cesar de Juste (de Checa) y Jaime Torija (de El Casar). Todo lleno para disfrutar de una de las novilladas de certamen del Sureste de Madrid

Curro Muñoz fue el encargado de abrir plaza, recibiendo al primero de la tarde con decisión y temple, estirándose con solvencia a la verónica en los primeros compases de la lidia. Ya en el tercio final, con la muleta, los pasajes más destacados llegaron por el pitón izquierdo, frente a un novillo que embestía con clase y nobleza. No obstante, por momentos acortaba el recorrido y comprometía al joven novillero, que llegó a ser volteado tras un despiste. A pesar del percance, Curro se rehízo con determinación y terminó la faena con una estocada de tres cuartos. El público valoró su entrega, y fue premiado con una oreja.
César de Juste recibió al segundo con una larga cambiada en el tercio, ajustada y vistosa. Sin embargo, acto seguido fue cogido con gran violencia por el novillo de Ana Romero, que lo prendió por la ingle y lo arrastró peligrosamente hasta las tablas, provocando momentos de gran tensión. Afortunadamente, el percance no tuvo consecuencias mayores y, ya con la muleta, el de Checa volvió al ruedo con firmeza, intentando resolver con limpieza y temple las numerosas dificultades que planteaba su oponente. Consiguió muletazos de mérito ante un astado nada fácil. Mató de una estocada tendida y un golpe de descabello. Fue silenciado tras su esfuerzo.
El tercero fue saludado con elegancia por Jaime Torija, que firmó un recibo capotero lleno de gusto ante un bonito ejemplar, que luego protagonizó un tercio de banderillas vibrante. Con la muleta, el alcarreño mostró una gran disposición, ligando tandas por ambos pitones frente a un novillo que repetía con codicia y entrega. La faena creció en intensidad y Torija se ganó al público con una estocada de impecable ejecución, que fulminó al animal. El presidente concedió las dos orejas, y el novillo fue premiado con la vuelta al ruedo, en reconocimiento a su gran comportamiento.

De nuevo Curro Muñoz volvió al ruedo con el cuarto, al que recibió con una larga cambiada similar a la del primer turno. El animal, como en el caso de César anteriormente, pronto lo puso en aprietos, pero el torero logró sobreponerse, estirándose con finura a la verónica en busca del lucimiento. El quite corrió a cargo de César de Juste, que dejó unas chicuelinas con gusto. Ya en el último tercio, Curro intentó construir una faena ante un novillo con menos transmisión y algo apagado. A pesar de las condiciones, logró momentos de conexión. Mató de una media estocada trasera y fue ovacionado.
César de Juste recibió al quinto con un ramillete de verónicas bien ejecutadas, marcadas por la expresión. Sin embargo, una vez en la muleta, el novillo mostró pronto su condición de manso, rehuyendo la pelea y buscando la querencia. Aun así, el novillero supo interpretar las necesidades del astado y, con inteligencia y paciencia, extrajo muletazos de calidad por ambos lados. La espada viajó entera, aunque contraria, y tras varios golpes de descabello, finalizó su actuación. El público pitó al novillo por su falta de entrega, mientras que el torero fue despedido en silencio.
Cerró plaza Jaime Torija con el sexto, un novillo bizco de Ana Romero que recibió con verónicas bien templadas. El tercio de banderillas fue accidentado, y el banderillero Luis Genares fue cogido al intentar colocar un par, aunque sin consecuencias graves. Con la muleta, el alcarreño planteó una faena seria y con sentido, tratando de corregir los defectos del animal, que tendía a rajarse y venirse por dentro en cada pase. Pese a la falta de colaboración del novillo, Torija mostró firmeza y capacidad, dejando una actuación de mérito ante un ejemplar nada fácil.
Pinchó en una ocasión y dejó una estocada caída en el segundo encuentro.
Diversos golpes de descabello.
Silencio para ambos.









