Entre el murmullo de los vecinos y el crepitar del fuego, las Hogueras de San Ildefonso vuelven a encender el corazón de este precioso pueblo serrano, reviviendo una de las tradiciones más entrañables y longevas de la provincia de Guadalajara.
Valverde de los Arroyos celebra con orgullo las Hogueras en honor a San Ildefonso, una tradición con más de cuatro siglos de historia
Valverde de los Arroyos, 26 de enero de 2025
Con más de 400 años de historia, esta festividad, que honra al patrón de la localidad, no solo es un homenaje a la fe y a las raíces culturales de Valverde de los Arroyos, sino también un símbolo de unión y orgullo del pueblo. A pesar del paso del tiempo, el amor por esta celebración permanece intacto, fortaleciéndose año tras año.

San Ildefonso: protector y alma de Valverde
La devoción hacia San Ildefonso se remonta a finales del siglo XVI, cuando Gabriel Montero, un feligrés local, instituyó esta festividad para asegurar que el 23 de enero se celebrara con solemnidad. A partir de entonces, generaciones de valverdeños han mantenido vivo este legado, que combina el fervor religioso con tradiciones populares únicas como la “Chinela”.
El santo, titular de la iglesia parroquial, no solo es el centro de los actos religiosos, sino también el protagonista de la procesión, durante la cual, según dicta la tradición, debe ser “ahumado” al paso de la hoguera. Este acto simbólico representa una forma de purificación y homenaje al protector del pueblo.
La Chinela: símbolo de fuego, vida y purificación
Desde días antes de la festividad, los vecinos se organizan para recoger brezo en los alrededores del pueblo y preparar la famosa “Chinela”, una imponente hoguera que arde con el propósito de ahumar al santo y purificar al pueblo. Este año, a pesar de las inclemencias del tiempo, los jóvenes y mayores del pueblo no han dudado en salir al campo para recolectar los materiales necesarios y mantener viva la tradición.
La noche previa al día grande, el ambiente festivo inunda las calles. Tras la celebración de las Vísperas, se enciende la primera hoguera, momento que los más mayores recuerdan con nostalgia, pues antaño se asaban patatas y se subastaba la ceniza, destinando lo recaudado al culto de San Ildefonso.
El día de la festividad, la Chinela vuelve a encenderse, esta vez acompañando la solemne procesión que recorre los alrededores de la iglesia.
El humo, que envuelve al santo y a sus devotos, se eleva como una ofrenda al cielo, entre cánticos, rezos y el sonido característico de las dulzainas.
La caridad: de generación en generación
Uno de los aspectos más entrañables de esta festividad es la “caridad”, una costumbre que refleja la hospitalidad y generosidad de Valverde de los Arroyos. En sus orígenes, esta tradición recaía sobre los propietarios del molino harinero, quienes ofrecían pan, vino y queso a todos los asistentes como muestra de gratitud y devoción.
Con el paso del tiempo, esta responsabilidad fue asumida por el concejo y, actualmente, el Ayuntamiento se encarga de ofrecer una comida popular que reúne a vecinos y visitantes en un acto de hermandad y convivencia. Aunque el menú ha evolucionado, el espíritu solidario sigue siendo el mismo: compartir y celebrar juntos este día tan especial.
El renacer de una tradición
A pesar de que en las décadas pasadas esta festividad perdió algo de fuerza debido al éxodo rural, la recuperación demográfica y el interés por preservar las tradiciones han devuelto el esplendor a las Hogueras de San Ildefonso. Hoy en día, los festejos se extienden también al fin de semana siguiente, permitiendo que todos, incluidos los visitantes, puedan participar en esta celebración única.
El programa actual incluye, además de los actos religiosos y la Chinela, una cena para los jóvenes, danzas populares, la elaboración de estandartes y hasta almuerzos de hermandad que refuerzan los lazos entre los habitantes del pueblo.
Un legado que perdura
Las Hogueras de San Ildefonso son mucho más que una fiesta; son el reflejo de un pueblo que, generación tras generación, ha sabido mantener viva su identidad y transmitir a los más jóvenes el amor por sus raíces.
Para los valverdeños, el fuego de la Chinela no solo calienta las frías noches de enero, sino también el corazón de todos aquellos que tienen la suerte de participar en esta celebración. Con cada llama que se eleva al cielo, Valverde de los Arroyos renueva su promesa de honrar a su patrón y de seguir siendo un ejemplo de cómo las tradiciones pueden perdurar en el tiempo.
Desde GuadaRed te invitamos a sumergirte en las tradiciones que dan vida a nuestros pueblos. Si tienes la oportunidad de visitar este hermoso rincón de la Sierra de Ayllón, no dejes pasar la oportunidad de ser parte de esta festividad llena de magia, historia y calor humano.