Un acto solemne para recordar a quienes ofrecieron su vida por la democracia y la libertad
Guadalajara honra la memoria de sus héroes: homenaje a las víctimas del terrorismo en la Policía Nacional
Este 16 de junio, Guadalajara se ha vestido de recogimiento y respeto para rendir homenaje a los miembros de la Policía Nacional víctimas del terrorismo. Un acto con profunda carga simbólica ha tenido lugar en la Comisaría Provincial, donde autoridades civiles, militares y miembros del cuerpo han conmemorado el Día de las Víctimas del Terrorismo en la Policía Nacional. Una fecha que no solo trae al presente la historia del dolor, sino también la firmeza de un compromiso con la justicia, la convivencia y la memoria.
Un tributo institucional para mantener viva la memoria
La ceremonia ha estado presidida por la subdelegada del Gobierno en Guadalajara, Susana Cabellos, acompañada por el comisario jefe provincial de la Policía Nacional, Feliciano Díaz, así como por representantes de distintas instituciones. El acto, cargado de dignidad y recogimiento, ha recordado con nombre y apellido a los agentes nacidos en la provincia que fueron asesinados por el terrorismo, junto al GEO Francisco Javier Torronteras Gadea, caído en acto de servicio durante la operación contra los autores del 11-M en Leganés.
El origen del Día de las Víctimas del Terrorismo en la Policía Nacional
Fue en 2023 cuando el Ministerio del Interior instituyó, por primera vez, el 16 de junio como el día para recordar a los policías asesinados por el terrorismo. La fecha conmemora el atentado perpetrado por ETA en 1981, que acabó con la vida de la inspectora jefa María José García Sánchez en Zarautz (Guipúzcoa). Desde entonces, esta jornada se ha convertido en un espacio de homenaje, reflexión y unidad en torno al compromiso del Cuerpo Nacional de Policía con la seguridad y los derechos democráticos.
Una herida abierta en la historia reciente de España
Durante su intervención, Cabellos subrayó que entre 1968 y 2015, un total de 188 policías nacionales fueron asesinados por organizaciones terroristas.
“Muchos eran jóvenes, casi la mitad tenía menos de 30 años”, recordó con emoción. A esa cifra se suman decenas de heridos, familias rotas y vidas marcadas por la ausencia.
“No hay democracia sin memoria. Y nuestra obligación institucional y moral es mantener vivo el recuerdo de quienes lo entregaron todo por un ideal de país libre y en paz”, sentenció Cabellos.
Sus palabras resonaron con fuerza ante los presentes, recordando que el dolor de las víctimas no es solo del pasado: es parte del presente, de la identidad de un país que ha sabido vencer el miedo con valentía y legalidad.
El ejemplo de la Policía Nacional en la lucha contra el terrorismo
Cabellos quiso también reconocer el papel fundamental de la Policía Nacional como garante de la democracia.
“El cuerpo ha demostrado una capacidad operativa ejemplar, con unidades altamente especializadas como el Grupo Especial de Operaciones (GEO), orgullo de esta provincia y símbolo de la eficacia española en la lucha antiterrorista”, destacó.
La subdelegada subrayó la necesidad de seguir fortaleciendo el respaldo social y político a quienes dedican su vida a la protección ciudadana, remarcando que la seguridad pública es un bien común que debe ser protegido como parte esencial del estado del bienestar.
Rostros con nombre propio: policías de Guadalajara asesinados por el terrorismo
Durante el acto se proyectaron fotografías y breves biografías de los policías nacionales nacidos en la provincia que fueron asesinados en atentados terroristas. Sus nombres fueron recordados uno a uno, no como cifras, sino como vidas llenas de sentido:
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Juan Antonio Bueno Fernández (Maranchón, 1921 – Madrid, 1973)
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Félix García Alonso (Robledo de Corpes, 1953 – Madrid, 1978)
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Julio Segarra Blanco (Cabanillas del Campo, 1933 – Bilbao, 1983)
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Francisco Rivas López (Torremocha del Campo, 1935 – San Sebastián, 1985)
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Francisco Javier Torronteras Gadea, GEO (Madrid, 1962 – Leganés, 2004)
Una llamada a la empatía y a la convivencia democrática
El homenaje fue también una reflexión sobre el presente.
La subdelegada advirtió que “toda violencia comienza con palabras deshumanizadas y silencios injustos”, en alusión a los discursos de odio que resurgen en el debate público.
“Comprender el dolor de las víctimas es un ejercicio esencial para reforzar la empatía social y prevenir la polarización que tanto daño ha causado en nuestra historia reciente”, afirmó.
El comisario Feliciano Díaz intervino para recordar que “tras cada víctima hay una historia, una familia, un futuro interrumpido”.
Reafirmó el compromiso de la Policía Nacional de no descansar “hasta erradicar completamente el terrorismo”, y de seguir defendiendo los valores de “justicia, paz y derechos humanos”.
La memoria como patrimonio común
El acto concluyó con un mensaje de esperanza y unidad. En una sociedad marcada por los desafíos contemporáneos, mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo no es solo un acto de justicia, sino una obligación cívica. Cada nombre pronunciado, cada historia recordada, es un paso más hacia una convivencia más fuerte, más justa y más consciente.
Porque recordar es resistir. Y resistir desde la verdad es la forma más firme de construir un futuro donde nunca más se repita la violencia.








