El Civis fantasma: una promesa rota de puntualidad y comodidad
Los trenes Civis, diseñados para ofrecer un servicio semidirecto que conecte las principales estaciones sin rodeos, se han convertido en una quimera para los usuarios. Con la esperanza de un trayecto rápido y sin complicaciones, muchos viajeros se suben a estos trenes, solo para descubrir que, lejos de cumplir con sus expectativas, el servicio de Renfe ha sucumbido a las cancelaciones, la falta de puntualidad y el desinterés por las necesidades reales de los pasajeros. Lo que debería ser una opción eficiente se transforma en un dolor de cabeza diario, con un estado de las infraestructuras que deja mucho que desear y una comunicación deficiente que solo aumenta la frustración.
El Civis fantasma
Por Mónica Moranchel Matarranz
“Hoy, a las 7:48 horas, partimos en un tren llamado Civis desde la estación de Guadalajara, con la esperanza de un recorrido semidirecto que nos llevaría a Fuente de la Mora o a Chamartín sin rodeos. Sin embargo, apenas a los pocos minutos de la salida, la esperanza de puntualidad se desvaneció, pues el tren ya no cumplió con el horario previsto de las 7:44 horas.
Renfe ha reducido los Civis a la mínima expresión, suprimido franjas horarias y alterado itinerarios. Hoy, al llegar a San Fernando de Henares, nos informan que el tren no seguiría su camino habitual, sino que cambiaría de dirección hacia Atocha, sin importar que eso alterara la rutina de los pasajeros. Lo que en principio parecía una mejora en la eficiencia del servicio se ha convertido en una versión de turismo involuntario, invitándonos a ver las infraestructuras deterioradas como si fuera una visita guiada a la ciudad.
Este tipo de prácticas no son nuevas, y han sido la tónica habitual desde mediados de febrero. Las quejas han inundado tanto a Renfe como al Ministerio de Transportes, sin que, por supuesto, se perciba un cambio significativo en la respuesta. El carácter automático de las respuestas es el único avance: ahora son simplemente impersonales, antes ni siquiera eso.
Hoy, en mi reclamación, sugerí que los responsables del servicio dejen de lado sus coches de lujo y se suban a estos Civis, para que experimenten lo que los usuarios vivimos a diario. Si al menos pudieran sentir la frustración que provoca este servicio fantasma, tal vez pensarían un poco más en los que, a la vuelta, nos están esperando en casa”.
Estas situaciones solo suman frustración, porque las promesas de mejora nunca se cumplen. Mientras tanto, en Guadalajara, los usuarios siguen esperando un cambio real, mientras GuadaRed les cuenta una vez más que las respuestas siguen sin llegar.