España mejora la supervivencia en paradas cardiorrespiratorias extrahospitalarias frente a la media europea
España se sitúa por encima de la media europea en supervivencia tras paradas cardiorrespiratorias extrahospitalarias, según el último informe EuReCa del Consejo Europeo de Reanimación, elaborado con la colaboración de Fundación MAPFRE. El estudio revela que la supervivencia al alta hospitalaria en nuestro país alcanza el 10,8%, frente al 7,5% que registra el conjunto de Europa.

A pesar de estos resultados positivos, solo el 39,3% de las reanimaciones cardiopulmonares (RCP) extrahospitalarias en España son iniciadas por testigos, frente al 59,4% europeo. Este dato refleja una menor implicación ciudadana, aunque el modelo asistencial español contribuye a mejorar los resultados clínicos.
Un modelo asistencial con mejores resultados
José Ignacio Ruiz, coordinador nacional del Registro Español de Parada Cardiorrespiratoria (Oshcar), explica que la presencia de médicos en los equipos de emergencias puede ser determinante.
“En España, el médico decide si comenzar la RCP según criterios clínicos, mientras que en otros países europeos los paramédicos inician maniobras en casi todos los casos”, señala Ruiz.
Este enfoque permite una selección más precisa de los pacientes con posibilidades reales de recuperación y mejora la tasa de éxito.
Incidencia y tiempos de respuesta
El informe analiza 32.033 casos registrados entre septiembre y noviembre de 2022, de los cuales 2.343 corresponden a España, un 7,3% del total. La incidencia media de paradas cardíacas extrahospitalarias en España es de 24,8 casos por cada 100.000 habitantes, notablemente inferior a la media europea de 55,7.
En cuanto a los tiempos de atención, la llegada media de la ambulancia en España es de 13,2 minutos, frente a 12,2 minutos en Europa, y solo el 23,5% de los pacientes recibe atención antes de ocho minutos.
Como recuerda Ruiz, “por cada minuto sin atención, las posibilidades de supervivencia se reducen un 10%”.
La importancia de la formación ciudadana
El informe EuReCa subraya la necesidad de reforzar la formación en RCP básica. Desde 2014, la supervivencia media europea apenas ha mejorado, salvo en aquellos países que han implantado programas nacionales de reanimación y han generalizado el uso de desfibriladores automáticos externos (DEA).
“Un curso de soporte vital básico de entre cuatro y ocho horas permite que cualquier persona pueda actuar ante una parada cardíaca. No se requieren conocimientos previos y debería incluirse en educación escolar y laboral”, indica Ruiz.
La Fundación MAPFRE enfatiza la necesidad de ampliar la red de desfibriladores en espacios públicos y educativos.
Ruiz destaca que el desafío en España no es solo técnico, sino cultural.
El desafío cultural
Existe cierta reticencia a intervenir por miedo o desconocimiento, aunque la legislación protege a quienes actúan de buena fe. Mejorar la respuesta inicial de los testigos y reducir los tiempos de atención podría aumentar la supervivencia hasta un 30%, según estimaciones del Consejo Europeo de Reanimación.
“Actuar rápido y saber cómo hacerlo salva vidas. La educación, la práctica y la coordinación entre servicios de emergencia y ciudadanía son fundamentales para seguir mejorando los resultados en Europa”, concluye Ruiz.








