Artículo de opinión: Francisco Larrad
Seguimos a vueltas con el lobo. Desde noviembre y diciembre que ya hablé de esto, y aquí estamos, en febrero, sin una sola decisión tomada. Siguen los silencios. Bueno, mejor dicho, no hay silencios, hay ruido, mucho ruido. Saraos, reuniones, actos públicos en los que TODOS los políticos se pasean para mostrar su supuesto apoyo a la causa del lobo, para lamentarse por los pobres cazadores y los pobres ganaderos. Hasta aquí, todo muy bien, puro teatro político.
Hace relativamente poco, todos los grupos políticos, salvo VOX si no recuerdo mal, firmaron un manifiesto para la gestión del lobo. Un manifiesto trabajado, con esfuerzo y sentido, impulsado por sectores como APAG y ATICA. Bien, los ayuntamientos lo han firmado porque, al fin y al cabo, ellos no van por colores, sino por luchar por sus pueblos. Pero aquí está el meollo del asunto: PP y PSOE.
El PP, en la oposición en Castilla-La Mancha, poco puede hacer más allá de alzar la voz y generar ruido. Pero, ¿y el PSOE? ¿En serio me estás diciendo que el partido que gobierna en Castilla-La Mancha, que controla prácticamente toda la provincia de Guadalajara y que, por desgracia, gobierna en España, no puede hacer absolutamente nada?
Y mientras tanto, el lobo sigue ahí, como un símbolo de lo que este partido representa: mucho ruido y pocas nueces.
Esto no es una simple falta de acción, es una falacia de dimensiones descomunales. El PSOE se ha especializado en la palabrería, en las promesas que nunca llegan a cumplirse, en los gestos vacíos que buscan el aplauso fácil mientras la realidad sigue igual. Ahora, para colmo, nos quieren vender que hay “brotes nuevos y salvadores”. La delegada de la Junta en Guadalajara, Rosa María García, ha salido a pasear su compromiso por los pueblos, reuniéndose con representantes de 21 localidades de la Sierra Norte en Cogolludo. Ha reafirmado su “contacto directo y cercano” con los municipios.
“Yo puedo tener referencias desde el despacho, pero si no pisas los pueblos, difícilmente vas a poder conectar con ellos”, dice.
Pero lo preocupante no es lo que dice, sino lo que no dice. Hablar es fácil, pero cuando toca hacer, el PSOE siempre encuentra excusas. Los alcaldes y representantes expusieron sus pro blemas: normativa de depuración, fibra óptica, microcortes eléctricos, burocracia asfixiante, el lobo… Pero la pregunta clave es: ¿y qué medidas concretas se van a tomar? Porque hasta ahora solo hay discursos.
Rosa María García se autoproclama “correa de transmisión” entre el Gobierno de Emiliano García-Page y los municipios. ¿Correa de transmisión para qué? ¿Para seguir mareando la perdiz y postergando decisiones que afectan a la vida real de la gente?
Además de estas reuniones, también se han organizado encuentros para tratar las soluciones a los estragos que dejó la DANA. Una catástrofe que afectó gravemente a muchas localidades del Valle del Mesa, y que, como siempre, ha generado promesas y más promesas, pero pocas soluciones reales. Se habla de planes de reconstrucción, de ayudas y de una gestión eficiente, pero la realidad es que muchos municipios siguen esperando respuestas. Lo que se necesita no es más burocracia, sino acciones inmediatas y efectivas. Y si hablamos de desastres olvidados, no podemos pasar por alto el caso del Parador de Molina de Aragón. Se inundó dos veces y, sorprendentemente, nadie ha vuelto a mencionarlo. Salvo un loco servidor, parece que a nadie le interesa recordar que una infraestructura clave quedó en el abandono tras ser golpeada por las inclemencias del tiempo. ¿Dónde están las soluciones? ¿Dónde están las explicaciones? Silencio, ese gran aliado del PSOE cuando no quiere rendir cuentas.
Es normal que la juventud pase olímpicamente de la política, basta ya de vender humo. Castilla-La Mancha y Guadalajara necesitan soluciones, no más reuniones de cara a la galería. El PSOE, en su eterno juego de promesas incumplidas, sigue dejando claro que su prioridad no son los pueblos, sino su propio beneficio político. Y mientras tanto, el lobo sigue ahí, como un símbolo de lo que este partido representa: mucho ruido y pocas nueces.
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