Adiós a Jorge Ilegal y Robe Iniesta | ¿El final de una era en el rock español?
Editorial | GuadaRed
Hoy, con el alma rota y todavía haciéndonos a la idea, despedimos a dos de las figuras más emblemáticas del rock español: Jorge Martínez, conocido como Jorge Ilegal, y Robe Iniesta, el alma de Extremoduro. El mismo día en que despedimos a uno de los más grandes pensadores del rock, nos llegó la noticia de la partida de otro gigante, sumiendo a toda una generación en un dolor colectivo, como si hubieran partido dos mitos que nunca hubieran podido dejarnos.
En la redacción de GuadaRed, la noticia del fallecimiento de Jorge Ilegal, el legendario líder de Ilegales, nos dejó en shock, solo para ser seguida por el triste anuncio de la partida de Robe Iniesta. Dos gigantes del rock español, dos creadores irreemplazables, que nos acompañaron con sus letras, su rabia, su lucha, y su forma única de ver y cantar el mundo. La noticia cayó con la fuerza de un acorde disonante, y el mundo del rock ya no será el mismo.
Jorge Ilegal, con su actitud irreverente y su voz única, marcó el inicio de una era dorada para el punk-rock español. Su banda, Ilegales, fue uno de los pilares de una generación que supo desafiar las convenciones, que se alimentó de la rebeldía y la sinceridad, que no temía a la incomodidad. Canciones como “Tiempos nuevos, tiempos salvajes” o “Soy un macarra” se convirtieron en himnos de una época donde todo parecía posible si uno no se dejaba atrapar por la mediocridad.
Por su parte, Robe Iniesta, poeta, filósofo y líder de Extremoduro, representaba una forma de rock visceral, emocional, y profundamente introspectiva. La poesía de Robe nos desbordó con su rabia, vulnerabilidad, su mirada filosófica sobre el dolor, el amor y la vida. Canciones como “So payaso”, “Salir” o “La vereda de la puerta de atrás” definieron una época; marcaron el camino de quienes entendemos que el rock no es solo música, sino una forma de vivir, de pensar y de sentir.
Ambos, Jorge y Robe, compartían algo esencial: su capacidad para tocar las fibras más profundas del ser humano. A través de sus letras, nos enseñaron a ser sinceros con nosotros mismos, a ser rebeldes, a luchar contra un sistema que siempre intentó encajonarnos en moldes preestablecidos. Eran los héroes de la autenticidad, y hoy, el mundo del rock español se queda huérfano, un poco más triste, pero también más consciente de lo que perdemos.
Al despedirnos de ellos, no podemos evitar pensar en todas las noches que pasamos escuchando sus discos, en los bares donde sus canciones nos acompañaban mientras compartíamos risas y confidencias, en las primeras veces que sus letras nos hicieron sentir menos solos. Con su partida, se va una parte de nuestra memoria colectiva, de nuestras adolescencias, de nuestras luchas personales. Se va la rebeldía que caracterizó a generaciones que no aceptaron las reglas impuestas, que encontraron en el rock la libertad de expresarse.
Pero su legado sigue intacto.
La música de Jorge Ilegal y Robe Iniesta no se apaga con su ausencia, sino que sigue viva en cada acorde, en cada palabra, en cada grito de libertad.
En cada disco que volveremos a escuchar, en cada canción que seguirá siendo banda sonora de nuestras vidas. Nos dejan un testamento musical que perdurará más allá de la muerte, porque los grandes nunca se van del todo.
Como dijo Robe en alguna ocasión:
“Hasta siempre, siempre, siempre”.
Hoy decimos adiós a Jorge Ilegal y Robe Iniesta, pero su música nunca nos dejará. Nos acompañará siempre, en cada rincón, en cada momento de duda, en cada instante donde necesitemos recordar que el rock es más que música: es una forma de ser, de sentir y de vivir.
Desde GuadaRed, les rendimos homenaje, agradecidos por habernos dejado parte de sus almas en cada nota. Hasta siempre, Robe. Hasta siempre, Jorge.
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