Día Mundial de las Habilidades de la Juventud: IA, alfabetización digital y una generación lista para cambiar el mundo
Hoy, 15 de julio, el mundo celebra el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, una fecha que nos invita a mirar el presente con ojos críticos y a soñar —y construir— futuros posibles donde las juventudes sean protagonistas y no meros espectadores.
En pleno corazón de la Cuarta Revolución Industrial, la inteligencia artificial (IA), los algoritmos y las nuevas tecnologías no son ciencia ficción: son el día a día. Y en este nuevo tablero global, los jóvenes no deben ser simples piezas. Tienen que ser quienes juegan, diseñan y reinventan las reglas. Así lo dejó en claro António Guterres, Secretario General de la ONU:
“A medida que la IA transforma nuestro mundo, los jóvenes deben ser vistos no solo como estudiantes, sino como cocreadores de un futuro digital más justo”.
Y sí, ese “futuro digital más justo” empieza por algo tan básico como fundamental: educación, sí, pero una educación con mirada crítica, con vocación transformadora y con un fuerte componente de alfabetización digital.
De la escuela al futuro del trabajo: un puente llamado habilidades
Desde que la ONU instauró esta fecha en 2014, el objetivo siempre fue claro: visibilizar la importancia de dotar a las nuevas generaciones de las competencias necesarias para el empleo, el trabajo decente y el emprendimiento. Pero hoy, en 2025, a casi una década del primer Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, el enfoque se ha vuelto más urgente y más ambicioso.
El avance de la Inteligencia Artificial, el auge de la automatización y los cambios vertiginosos en el mundo laboral están obligando a repensar todo. Según el informe The Future of Jobs 2020 del Foro Económico Mundial, para el año que viene se perderán 85 millones de empleos… pero también surgirán 97 millones de nuevos roles donde humanos, algoritmos y máquinas compartirán espacio. La clave estará en quiénes estén preparados.
Y prepararse hoy significa mucho más que tener un título. Significa desarrollar habilidades digitales, pensamiento crítico, flexibilidad, curiosidad, y una enorme capacidad de aprender a lo largo de la vida. Significa tener herramientas para adaptarse, reinventarse y, sobre todo, liderar.
Educación técnica y emocional: dos caras de la misma moneda
Cuando hablamos de “habilidades”, es importante entender que no solo se trata de saber programar o usar Excel. Hay un mapa de capacidades que se dividen en dos grandes ejes:
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Las habilidades técnicas y profesionales: necesarias para insertarse en el mercado laboral, innovar o emprender.
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Las llamadas habilidades blandas: como la comunicación, la empatía, la inteligencia emocional, el trabajo en equipo o la resiliencia. Básicamente, todo lo que nos hace humanos (y competitivos frente a las máquinas).
Ambas son esenciales. Y ambas deben ser prioridad en cualquier política educativa que pretenda preparar a la juventud para un futuro que ya está golpeando la puerta.
Juventud + tecnología + propósito = transformación
La Generación Z creció con Internet: vive conectada, piensa en clave de redes, y tiene una relación orgánica con la tecnología. Es una generación que busca sentido, propósito y un trabajo que pague las cuentas y también que tenga impacto.
Por eso, desde la ONU se insiste en que los jóvenes deben ser considerados agentes de cambio. Son ellos quienes están llamados a liderar una nueva era donde los algoritmos no dominen al ser humano, sino que lo potencien.
Y ahí es donde la alfabetización digital juega un papel central: saber usar la tecnología, entenderla y hasta crearla, es hoy un factor de inclusión, de ciudadanía y de justicia social. Porque, ojo, no todos acceden igual a esas herramientas. La brecha digital sigue siendo profunda, y lo demuestra una cifra alarmante:
Hoy, uno de cada cinco jóvenes en el mundo es NiNi (ni estudia, ni trabaja, ni se capacita). Y de esos, el 75% son mujeres.
Emprender también es educar
Frente a un mercado laboral que no siempre ofrece oportunidades justas ni estables, el emprendimiento juvenil aparece como un camino potente. Pero para que emprender no sea una condena ni un salto al vacío, es necesario formar, acompañar y empoderar a los jóvenes.
Promover el autoempleo sostenible, brindar acceso a herramientas digitales, fomentar redes de colaboración, apostar a la formación profesional como motor de inclusión… Todo eso es también parte de esta revolución.
Porque transformar el mundo no es solo un ideal: es una posibilidad concreta cuando se abren puertas, se dan oportunidades y se confía en las nuevas generaciones.
Mirada hacia 2030: educación, equidad y sostenibilidad
Este día también se enmarca en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que nos recuerda que sin educación de calidad, igualdad de género y aprendizaje continuo, ningún otro objetivo es posible.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 lo resume así:
“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
El desafío está planteado. Y no es solo para los jóvenes. Es para los Estados, las empresas, las familias, las comunidades. Para todos nosotros. Porque si queremos un futuro más justo, inclusivo y sustentable, no hay atajos: hay que apostar por la educación, la tecnología y, sobre todo, por la juventud.
🟢 En este Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, el mensaje es claro: si queremos cambiar el mundo, empecemos por darle a los jóvenes lo que necesitan para hacerlo. Desde GuadaRed, periódico digital de la provincia de Guadalajara, acompañamos esta reflexión apostando por una juventud formada, creativa y empoderada para construir un futuro más justo, inclusivo y tecnológico.








