ANIPAM advierte sobre la crisis que enfrenta el sector de la lavanda y lavandín debido a la sequía, regulaciones y precios bajos. Solicitan el respeto a los agricultores, el apoyo de las administraciones y la promoción de productos puros y naturales.
La Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (ANIPAM) ha emitido un comunicado alertando sobre la crisis que atraviesa el sector de la lavanda y lavandín en España. A pesar del interés social y el reconocimiento que ha recibido este cultivo, los productores enfrentan diversos desafíos que ponen en riesgo su viabilidad económica.
Los productores de lavanda y lavandín enfrentan una situación preocupante debido a la caída de precios y desafíos climáticos y regulatorios.
La lavanda y el lavandín son utilizados como materia prima en la industria de la higiene, la cosmética y la perfumería, convirtiendo a España en un referente mundial en este campo. Los productores se sienten orgullosos de contribuir al éxito de esta industria y de visibilizar el mundo rural.
Los lavandicultores atraviesan una crisis de precios prolongada
La situación real del sector dista mucho de la euforia. Los productores de lavanda y lavandín se encuentran en el centro de tres crisis simultáneas.
En primer lugar, la crisis del clima, con dos años consecutivos de sequía profunda que han afectado gravemente las cosechas. Aunque algunas lluvias recientes han brindado un alivio temporal, la sequía persiste.
El sector enfrenta una crisis regulatoria, ya que es necesario que la Unión Europea reconozca y respete el carácter natural de los productos de lavanda.
Y la crisis de los mercados ha provocado una caída radical en los precios de los aceites esenciales puros y naturales durante los últimos tres años.
Actualmente, los agricultores no pueden vender sus productos, ya que los precios del mercado apenas cubren la mitad de sus costos, lo que ha llevado a la falta de operaciones de compra-venta.
Ante esta situación, ANIPAM hace un llamado a la opinión pública, las administraciones y los sectores implicados para que se reconozca el valor añadido que aporta la actividad de los agricultores de lavanda y lavandín. Se solicita respeto por los campos de lavanda por parte de los turistas, defensa de las reivindicaciones del sector ante la Unión Europea por parte de las autoridades y un firme compromiso de la industria por promover productos puros y naturales que sean identificables por los consumidores.
El futuro de la actividad de la lavanda y lavandín está en riesgo, lo que amenaza la supervivencia de un sector de alto interés económico y social para España. ANIPAM insta a tomar medidas para proteger y apoyar a los agricultores, quienes son los responsables de crear la belleza en los campos y mantener una actividad económica viable.
La lavandicultura es mucho más que glamour, es trabajo y esfuerzo que merece ser reconocido y valorado.
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