El párroco de esta pedanía de Guadalajara, Miguel Torres, está indignado por lo sucedido y, aunque según señala “el copón era sencillo y sin un gran valor económico”, ha explicado que se han llevado también unas vinajeras y “la cajita” donde se guarda la llave del sagrario, e intuye que se dejaron “con las prisas” el cáliz, ya que ha sido encontrado después en una bolsa.
“Menos mal que no han hecho nada a la imagen de la Virgen”, afirma el párroco, para quien lo peor de todo el autor o autores han causado “destrozos” tanto en la ventana de acceso como en las puertas, y en la sacristía apareció “todo revuelto”.
“Tampoco estaba el Santísimo y ni se llevaron el poco o mucho dinero que había en el cepillo”, subraya Miguel Torres, disgustado por este suceso.