Togas, birretes y banderas: crónica de la apertura del curso en la Universidad de Alcalá
Alcalá de Henares, 19 de septiembre de 2025
La mañana comenzó con un aire fresco que recorría la Calle Mayor, acompañando los pasos pausados de profesores, estudiantes y autoridades que se dirigían a la Catedral Magistral. Cada toga negra y cada birrete de color parecían contar la historia de siglos de enseñanza; los colores brillaban discretamente bajo la luz del sol, y el murmullo de la comitiva se mezclaba con el sonido del empedrado.
El tradicional recorrido hacia el Rectorado, que recuerda el paseo de los bachilleres del siglo XVI, hoy se vivió con una tensión inédita. La llegada de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, generó una mezcla de vítores, abucheos y banderas de Palestina que se alzaban entre los estudiantes y ciudadanos presentes. La protesta, centrada en la defensa de la financiación de las universidades públicas, se desplazaba entre consignas y gestos de rechazo, pero el acto continuó su curso, manteniendo la formalidad que caracteriza a esta universidad de más de 500 años.
En el Paraninfo, las autoridades se acomodaron entre filas de asistentes y galardonados. La presidenta recordó la historia de la universidad, destacando que fue la primera planificada como campus universitario del mundo y la única en España declarada Patrimonio de la Humanidad.
“La Universidad de Alcalá es la cuarta en recibir esta consideración después de Harvard, Oxford y Cambridge”, afirmó, mientras los ojos de algunos estudiantes seguían la escena con mezcla de curiosidad y expectativa.
Hizo mención a nombres como Lope de Vega, Tirso de Molina o María Isidra de Guzmán, la primera mujer en recibir la máxima titulación universitaria en España.
Su discurso recorrió historia y política educativa, defendiendo una nueva ley de universidades, un modelo de financiación plurianual, becas y ayudas, y la libertad académica frente a la censura y la politización:
“No vamos a permitir que se instrumentalicen los centros educativos para hacer ingeniería social ni para guerra ideológica. La educación no es compatible con la manipulación, la colectivización ni las coacciones de ningún tipo”, subrayó.
Cada frase parecía resonar en los muros del Paraninfo, donde siglos de enseñanza y debate se entrelazan con las preocupaciones del presente.
Entre los presentes se encontraban la alcaldesa de Alcalá, Judith Piqué; el consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viziana; rectores de universidades madrileñas y eméritos de la UAH; el consejero de Educación de Castilla-La Mancha, Amador Pastor; el presidente del Consejo Social, Carlos Mayor Oreja, así como decanos, directores, personal docente y representantes estudiantiles. La mezcla de generaciones y roles recordaba que la universidad es un espacio donde la historia y el presente conviven.
Durante el acto se entregaron las Medallas Honoríficas de Plata y el XX Premio del Consejo Social a la Transferencia de Conocimiento Universidad-Sociedad, reconocimientos que simbolizan la dedicación académica y la colaboración con la sociedad. La presidenta también destacó la apertura de un nuevo campus de enfermería y fisioterapia en Torrejón de Ardoz, los proyectos de inteligencia artificial y la relación estratégica con universidades hispanoamericanas. Anunció, además, un aumento de la financiación universitaria, becas y ayudas por más de 15 millones de euros, y la mayor convocatoria de empleo de los últimos años para docentes, investigadores y personal administrativo.
Fuera del Paraninfo, el contraste entre la tradición y la protesta era palpable.
Las banderas ondeaban al viento y los abucheos se mezclaban con aplausos, mientras las miradas de estudiantes y ciudadanos recorrían la plaza y los edificios centenarios.
Cada sonido, cada gesto, parecía recordar que la universidad no es solo un espacio de aprendizaje, sino también un escenario donde la sociedad se refleja y se debate.
El inicio del curso anuncia además eventos científicos y culturales: la Noche Europea de los Investigadores, el 26 de septiembre, permitirá explorar drones, vehículos autónomos y otras innovaciones tecnológicas, y las jornadas Ciencias del pasado, los días 30 de septiembre y 1 de octubre, mostrarán los avances de la UAH en arqueología y paleontología.
Al concluir la ceremonia, la universidad parecía guardar un silencio respetuoso, como si los siglos de historia que habitan sus muros observaran la escena y aprobasen, a su manera, la continuidad de la enseñanza. Entre togas, birretes, discursos y banderas, la Universidad de Alcalá inauguró un curso que mezcla tradición, investigación, política y sociedad, recordando que la educación es también un espacio de reflexión, debate y memoria compartida.







