La herramienta nace con una vocación pedagógica, científica y activista, haciendo visible una realidad que, en muchos casos, permanece silenciada o relegada al ámbito local.
El Mapa de los conflictos del agua revela las amenazas ocultas que sufren ríos y acuíferos en Guadalajara y en todo el Estado español
Ecologistas en Acción ha lanzado una nueva herramienta digital que promete convertirse en un referente para la defensa del patrimonio hídrico. Se trata del Mapa de los conflictos del agua, un proyecto colaborativo que localiza y documenta los principales impactos ambientales que amenazan a ríos, acuíferos y humedales en todo el territorio del Estado español.
El mapa permite recorrer geográficamente más de un centenar de conflictos, con información detallada sobre las causas del deterioro ambiental, las empresas o administraciones implicadas, las acciones legales o de movilización social en curso, y las respuestas institucionales. Es, en definitiva, una herramienta viva que ofrece una lectura territorial de la crisis ecológica con voluntad divulgativa y de participación ciudadana.
Guadalajara, en el foco: del trasvase Tajo-Segura al megaproyecto Alovera Beach
La provincia de Guadalajara aparece señalada en el Mapa de los conflictos del agua con dos casos emblemáticos de sobreexplotación hídrica y alteración de ecosistemas: el impacto del trasvase Tajo-Segura en Sacedón, y el cuestionado proyecto turístico Alovera Beach.

Impactos del trasvase Tajo-Segura en el Tajo
Sacedón (Guadalajara)
Infraestructuras y alteración morfológica – Sobreexplotación por agricultura y ganadería intensiva
Ecologistas en Acción, junto a otras muchas organizaciones de la sociedad civil, viene denunciando los numerosos impactos ambientales y sociales del trasvase Tajo-Segura. En la demarcación del río Tajo se produce la reducción de caudales circulantes y la ausencia de caudal ecológico, agravamiento de la contaminación del Tajo e impactos socioeconómicos en las poblaciones del Tajo. Cada vez que se aprueba un desembalse, se señala la insostenibilidad de esta infraestructura.
En la demarcación del río Segura también hay impactos negativos, principalmente por la transformación a regadío de grandes extensiones y los numerosos impactos ambientales asociados: destrucción de hábitats naturales, contaminación difusa agraria, eutrofización del Mar Menor e impulso de nuevas demandas agrícolas que finalmente no se pueden satisfacer con aguas del trasvase y han supuesto un aumento de la sobreexplotación de los acuíferos de la cuenca del Segura.

Proyecto del parque de ocio Alovera Beach
Alovera (Guadalajara)
Sobreexplotación por urbanismo y turismo
El megaproyecto turístico ‘Alovera Beach’ plantea la playa artificial más grande de Europa en la localidad de Alovera (Guadalajara). La propuesta inicial del grupo empresarial Rayet proyecta una lámina de agua de más de 20.000 metros cuadrados y otros 17.000 metros cuadrados para la zona que ocuparía la playa. El consumo solicitado a la Confederación Hidrográfica del Tajo es de 61 hm3 de agua potable al año, un consumo muy elevado en un territorio que ha vivido una situación de escasez grave de agua en 2023. Situación que será más frecuente por el avance del cambio climático.
A pesar de la dimensión del proyecto, la Consejería de Desarrollo Sostenible aprobó una declaración de impacto ambiental positiva en un procedimiento simplificado y, por lo tanto, con menos control público y ambiental. También es cuestionable la capacidad de depuración de las aguas residuales que van a resultar de la actividad y se señala el grave problema de la movilidad por el elevado volumen de coches que puede acudir en momentos de mayor afluencia. Por otro lado, se trata de un terreno de uso dotacional y es un proyecto privado que no responde al interés general o necesidad de la población local.
Una herramienta para visibilizar lo que no se ve
El Mapa de los conflictos del agua sirve para denunciar e informar, conectar y generar conocimiento colectivo. Su diseño se ha inspirado en otros proyectos consolidados como el EJAtlas – Mapa mundial de la justicia ambiental, el Mapa de conflictos hídricos en Andalucía o el Mapa del Observatorio Ibérico de la Minería.
En todos ellos se parte de la premisa de que los conflictos ambientales son también conflictos sociales. Cada punto en el mapa es una historia concreta de lucha frente a proyectos que ponen en riesgo la salud de los ecosistemas y de las personas. Desde la mina de litio en Beariz (Ourense) hasta los pozos ilegales en Doñana, pasando por los episodios de contaminación por nitratos en Murcia, Córdoba o Toledo, el mapa traza un patrón común: la lógica de la acumulación económica frente a la sostenibilidad de los bienes comunes.
El agua, un recurso en disputa
Los datos no dejan lugar a dudas: el principal consumidor de agua en el Estado español es el regadío intensivo, un modelo que exige más agua de la que los ecosistemas pueden soportar y multiplica la contaminación por fertilizantes, nitratos y pesticidas. Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2023 se detectaron concentraciones ilegales de nitratos en redes de abastecimiento de 171 municipios, afectando incluso a la potabilidad del agua.
A esto se suma la presión creciente sobre el territorio derivada de la minería, la urbanización descontrolada, las macrogranjas y la construcción de grandes infraestructuras, muchas de ellas justificadas bajo el discurso de la innovación o la eficiencia, pero que en realidad perpetúan un modelo insostenible.
Un mapa que también es una red de resistencia
Lejos de la pasividad, el tejido social se está organizando en todo el Estado español para hacer frente a esta situación. Plataformas ciudadanas, colectivos ecologistas, sindicatos agrarios y comunidades rurales están poniendo en marcha alegaciones jurídicas, campañas de comunicación, movilizaciones y redes de apoyo mutuo. El mapa recoge muchas de estas experiencias y busca convertirse en un recurso útil tanto para la acción como para la investigación.
Además, ofrece una visión sistémica de la crisis:
“Cada conflicto local es el síntoma de un modelo económico global que pone en jaque el equilibrio ecológico del planeta”, señalan desde Ecologistas en Acción.
Por eso, además de servir como herramienta de denuncia, el mapa también se concibe como una vía para facilitar el trabajo de activistas, periodistas, técnicos y responsables públicos que quieran tomar decisiones informadas.
Visibilizar para proteger
El Mapa de los conflictos del agua pone sobre la mesa una realidad incómoda pero urgente: el agua no es un recurso infinito. La aceleración del cambio climático, unida a la intensificación de modelos económicos extractivos, está llevando al límite los ecosistemas hídricos. Proyectos como este mapa ayudan a dimensionar el problema, pero también a reconocer la fuerza y la dignidad de quienes defienden cada día ríos, manantiales y humedales.
En palabras de la organización, “esperamos que esta herramienta contribuya a fortalecer las redes de defensa del territorio y a frenar, entre todas y todos, el avance de la destrucción ecológica”.
Porque, como recuerda la ecología política, somos seres ecodependientes: sin agua no hay vida, y sin ecosistemas sanos no hay futuro.
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