El encuentro, celebrado en la Subdelegación de Gobierno en Guadalajara, da continuidad al manifiesto promovido desde el Ayuntamiento de Jirueque, que ya cuenta con el respaldo de más de 100 entidades locales y asociaciones.

Alcaldes de Guadalajara exigen soluciones a la Confederación Hidrográfica del Tajo por la falta de respuestas y mantenimiento de cauces

Una treintena de alcaldes de la provincia de Guadalajara se ha reunido este viernes con la subdelegada del Gobierno, Susana Cabellos, para trasladarle su creciente preocupación por la situación de indefensión en la que se encuentran frente a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT).

Los municipios reclaman una mayor flexibilidad administrativa y una comunicación fluida con la CHT, denunciando que muchas de sus solicitudes de autorización para intervenir en ríos y arroyos quedan sin respuesta durante años, o se ven atrapadas en trámites técnicos y documentales que exceden sus capacidades.

“Nos piden informes y memorias que no podemos asumir ni técnica ni económicamente”, lamentaron varios regidores.

Entre las peticiones principales figura la celebración de una reunión de alto nivel con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, el comisario de aguas y representantes del Ministerio para la Transición Ecológica, con el fin de trasladar de forma directa los problemas que enfrentan los pueblos de la provincia. También solicitaron que los responsables del organismo visiten in situ los cauces para comprobar el abandono y la necesidad de actuaciones urgentes.

El alcalde de Jirueque, Juan Antonio Sanz, coordinador de esta iniciativa, recalcó la urgencia de una solución y la importancia del respaldo de la Subdelegación para facilitar el diálogo. La falta de respuesta del organismo, sumada a la imposibilidad de acometer obras necesarias por miedo a sanciones, ha generado una profunda sensación de bloqueo institucional entre los municipios más pequeños.

A la reunión asistieron también el presidente de APAG, Juan José Laso, y representantes de mancomunidades de agua y comunidades de regantes, que respaldaron la necesidad de un cambio en el modelo de gestión de los cauces fluviales.

Uno de los puntos clave será la exigencia de un Plan de limpieza de cauces, impulsado y financiado por el propio organismo de cuenca, dado que los pueblos con menos de 100 habitantes no pueden asumir esa tarea con sus presupuestos actuales.

“¿De qué sirve que limpiemos el tramo urbano si la Confederación no actúa más arriba ni más abajo?”, se preguntaron.

La subdelegada se comprometió a trasladar la petición de los alcaldes y facilitar el contacto con los responsables de la CHT, en un intento por reconducir una situación que amenaza con empeorar si no se toman medidas inmediatas.

Tensión entre alcaldes de Guadalajara y la Confederación Hidrográfica del Tajo por la falta de mantenimiento de los cauces

Manifiesto en Defensa del Ayuntamiento de Jirueque y los Municipios Rurales ante la CHT

En un acto de unión y firmeza institucional, 132 entidades —principalmente pequeños ayuntamientos de la provincia de Guadalajara, así como representantes de otras provincias como Madrid, Cuenca y Toledo— han suscrito un manifiesto conjunto en respaldo al Ayuntamiento de Jirueque. El motivo de esta declaración es la sanción impuesta a dicho municipio por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), considerada por los firmantes como injusta, desproporcionada y sintomática de una política desconectada de la realidad rural.

Manifiesto en Apoyo al Ayuntamiento de Jirueque

El manifiesto, firmado a fecha de 30 de mayo de 2025, expresa no solo solidaridad con Jirueque, sino una crítica generalizada a las actuaciones que la CHT lleva a cabo sobre numerosos municipios pequeños, a menudo sin una contextualización adecuada ni diálogo previo.

Las entidades firmantes califican estas acciones como caprichosas, coercitivas y recaudatorias, alejadas de un enfoque técnico, racional y equilibrado.

Según el documento, muchas de las sanciones se basan en normativas desfasadas, de difícil aplicación y escasa sensibilidad con la situación particular de los pueblos, cuyas limitaciones presupuestarias, humanas y técnicas dificultan el cumplimiento literal de ciertas disposiciones.

Se subraya el impacto negativo de dichas sanciones sobre las poblaciones afectadas, tanto en el ámbito social como sanitario y económico.

Lejos de adoptar un tono de confrontación, el texto está impregnado de un espíritu constructivo.

Los firmantes expresan su voluntad de diálogo y colaboración, proponiendo medidas concretas para mejorar la relación entre la Confederación Hidrográfica del Tajo y los entes locales.

Entre sus principales propuestas, destacan:

• Modernización y mejora de la comunicación entre la CHT y los municipios, asegurando un acceso ágil y transparente a la información administrativa.

• Limpieza sistemática de cauces y arroyos, como medida de prevención ante riadas, desbordamientos y situaciones de riesgo medioambiental.

• Imposición de sanciones únicamente en casos estrictamente justificados, con criterios técnicos y humanos razonables.

• Flexibilidad y autorización para intervenciones urgentes en cauces, sin que ello suponga penalizaciones injustificadas para los pueblos.

• Creación de mecanismos de mediación y arbitraje para resolver discrepancias entre municipios y la Confederación de forma equitativa.

El manifiesto no se queda en una simple exposición de agravios; va más allá al plantear una oportunidad para la rectificación y la transformación institucional. Los firmantes invitan a la CHT a adoptar un modelo de gestión más cercano, proporcionado y justo, que respete la realidad rural y reconozca la labor de los pequeños ayuntamientos en la protección del entorno natural.

El apoyo es masivo: 109 ayuntamientos de Guadalajara, más de una decena de entidades locales menores (EATIM), varias mancomunidades y asociaciones del ámbito rural, junto a municipios de Madrid, Cuenca y Toledo.

Esta confluencia refleja una preocupación común: la necesidad urgente de adaptar la legislación hídrica y sus mecanismos de aplicación a los desafíos específicos del medio rural en el siglo XXI.

Este manifiesto no solo defiende a un municipio concreto, sino que se erige como una voz coral de los pueblos que exigen una nueva forma de relación con las instituciones del Estado, más sensible, más realista y más humana.