Camelina: El Superalimento Olvidado que Está Revolucionando la Agricultura y la Nutrición Sostenible
En tiempos donde la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad urgente, una pequeña planta de flores amarillas empieza a captar la atención de agricultores, nutricionistas y consumidores conscientes. Se trata de la Camelina, conocida científicamente como Camelina sativa, una oleaginosa de la familia de las brasicáceas que está recuperando protagonismo gracias a su perfil nutritivo excepcional y su bajo impacto ambiental.
Este cultivo, tradicionalmente olvidado, se perfila hoy como una alternativa viable en las rotaciones agrícolas, una fuente de nutrición de alta calidad y un actor prometedor en industrias como la cosmética, el biodiesel y la alimentación animal.
En Guadalajara, la camelina ya ha dado sus primeros pasos firmes hacia un futuro verde.
Una planta milenaria con futuro
Originaria de Europa y Asia Central, la Camelina sativa ha sido cultivada durante siglos para la obtención de aceite, especialmente en regiones con suelos pobres o climas adversos donde otras oleaginosas no prosperaban. Sin embargo, con la llegada de cultivos más productivos como la colza o la soja, la camelina fue relegada a un segundo plano. Hoy, gracias a su perfil sostenible y sus propiedades nutricionales, regresa con fuerza como una aliada del campo y de la salud.
Durante una jornada celebrada recientemente en Guadalajara, organizada por APAG Coagral y la empresa Camelina Company, se abordaron sus ventajas agronómicas y comerciales.
“La camelina es un cultivo interesante tanto desde el punto de vista económico como ecológico”, afirmó Vicente Marqueta, responsable de cereales y semillas de Coagral.
Cultivo resiliente, rentable y sostenible
Uno de los puntos fuertes de la camelina es su capacidad de adaptarse a condiciones adversas. Esta planta crece bien en suelos empobrecidos, requiere poca agua y presenta una alta resistencia a plagas y enfermedades, lo que reduce el uso de insumos químicos. Además, su sistema radicular profundo mejora la estructura del suelo y su capacidad de retención de nutrientes.
“Es una especie mejorante dentro de las rotaciones, ideal para zonas semiáridas como las nuestras”, explicaron los expertos Lucas Sánchez y Ángel González, de Camelina Company. Según señalaron, la siembra temprana —preferiblemente en noviembre— y una fertilización adecuada (con nitrosulfato) son clave para maximizar el rendimiento del cultivo.
Por si fuera poco, la camelina entra en la práctica 3 del Ecorregimen de la PAC, lo que la convierte en una opción estratégica para los agricultores que buscan acceder a ayudas europeas mientras avanzan hacia modelos más sostenibles.
Un superalimento con propiedades únicas
Más allá de sus bondades agronómicas, la camelina destaca por su extraordinario valor nutricional. Sus semillas contienen:
| Nutriente | Cantidad (por 100 g) |
|---|---|
| Calorías | 450 kcal |
| Proteínas | 20 g |
| Grasas | 30 g (ricas en Omega-3) |
| Fibra | 10 g |
| Vitamina E | Alta |
| Vitamina K | Alta |
Gracias a su alto contenido en Omega-3, antioxidantes y vitaminas E y K, el consumo de aceite de camelina contribuye a mejorar la salud cardiovascular, reducir la inflamación y reforzar la función cognitiva. Su perfil supera incluso al del aceite de oliva y al de canola:
| Aceite | Omega-3 | Vitamina E | Uso culinario |
|---|---|---|---|
| Camelina | Alto | Alto | Muy versátil |
| Oliva | Bajo | Medio | Moderado |
| Canola | Medio | Bajo | Versátil |
En el ámbito cosmético, su aceite es altamente valorado por su acción antioxidante y nutritiva. Se utiliza como base para cremas, lociones y productos capilares, ya que penetra bien en la piel sin dejar sensación grasa.
En la industria, algunas variedades están siendo empleadas para la producción de biodiesel, consolidando así el rol de la camelina como cultivo polivalente, alineado con los objetivos de economía circular.
Precauciones y recomendaciones
Pese a sus beneficios, el consumo de camelina debe hacerse con moderación. Al igual que otros alimentos ricos en grasas saludables, un exceso podría elevar la ingesta calórica diaria. Además, su alto contenido en Omega-3 puede interactuar con medicamentos anticoagulantes, por lo que se recomienda consultar con un profesional si se está bajo tratamiento médico.
También es importante tener en cuenta posibles reacciones alérgicas en personas con sensibilidad a semillas o frutos secos. La mejor forma de incorporarla a la dieta es empezar con pequeñas cantidades y observar la tolerancia individual.
Un futuro verde para Guadalajara
Los ensayos y experiencias compartidas durante la jornada en Guadalajara apuntan a que la camelina no solo es una alternativa viable, sino estratégica. Mejora el suelo, necesita pocos recursos, tiene un mercado asegurado y encaja en los planes de sostenibilidad marcados por Europa. En un entorno cada vez más afectado por la sequía y el agotamiento de suelos, la camelina ofrece aire fresco al campo alcarreño.
Además, su redescubrimiento abre la puerta a nuevos modelos de negocio, desde la producción local de aceite hasta la elaboración de harinas o productos cosméticos.
En palabras de los organizadores, “apostar por la camelina es apostar por un modelo agrícola más resiliente, más rentable y más alineado con el futuro”.
¿Dónde encontrar productos de Camelina?
Actualmente, ya es posible adquirir aceite, semillas y harina de camelina en herbolarios, tiendas ecológicas y plataformas especializadas. Algunas cooperativas agrícolas de Castilla-La Mancha han comenzado su producción local, ofreciendo así un producto de cercanía, trazable y con impacto positivo en el territorio.
Una pequeña planta con gran impacto
En definitiva, la camelina no es solo otro superalimento de moda: es una herramienta poderosa para la transición hacia una agricultura más responsable y una alimentación más saludable. Desde el campo hasta la mesa, su potencial es tan vasto como necesario. Su redescubrimiento no es casual, sino respuesta a una necesidad global: producir más, mejor y con menos impacto.
Es hora de que la camelina deje de ser la gran olvidada y ocupe el lugar que merece en nuestros cultivos y en nuestras cocinas.
La camelina, cultivo rentable y sostenible para la rotación en explotaciones agrícolas








