El proyecto pretende aprovechar, dentro de un sistema de economía circular, el 100 % de la troza de madera que produce el bosque, hoy “infrautilizado” entre otras cosas por la despoblación, lo que ha generado un abandono y progresivo deterioro ambiental del área forestal, integrada principalmente por pino silvestre.
Madera Valiosa
Se trata de una madera “muy valiosa” que “históricamente se utilizó para la construcción de catedrales, grandes edificios ilustres y construcción de ciudades” y que hoy día puede ser transformada en productos “de probada calidad” de acuerdo con la descripción de la iniciativa, bautizada FEADER Go Prorrural ya que cuenta con el apoyo financiero del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural para cubrir su presupuesto de algo más de medio millón de euros.
En la actualidad, “el aprovechamiento que se hace aquí de esta madera desgraciadamente se limita a ámbitos de embalaje y generación de palés“, Alejandro Terriza, el coordinador del proyecto ha lamentado, ya que la industria maderera “se paralizó en estos pueblos hace unos decenios por la fuerte competencia con otros países que ofrecían precios más accesibles”.
El proyecto incluye un estudio de factibilidad técnica, económica, ambiental y social para desarrollar un modelo de negocio que permita un mejor aprovechamiento de estos montes, además de recuperar población y “lograr una gestión forestal sostenible que aminore el riesgo de incendios”, ha indicado Terriza.
El modelo incluye un sistema de trazabilidad y garantías sostenibles para que el consumidor sepa exactamente de dónde ha salido el producto, información de su impacto social y otras certificaciones como las de FSC y Madera Justa.
Marta Corella
Para la alcaldesa de Orea, Marta Corella, otra de las causas de la paralización maderera en tiempos pasados fue “la falta de inversión en investigación e innovación para las zonas rurales” lo que llevó a la industria a “quedar obsoleta” y por ello “las empresas se dedicaron a lo que tenía más fácil salida: los palés y embalajes”.
Corella ha explicado que la idea de la Fundación COPADE puede reavivar la actividad económica y generar puestos de trabajo de diferente cualificación como ingenieros, capataces o trabajadores en cuadrillas y, con ello, repoblar el territorio, que no busca turistas sino vecinos ya que “no sirve de nada llenar el pueblo de gente que no tenga un vínculo con los bosques”.
El uso de la madera en construcción ha conocido un nuevo impulso en los últimos años y así lo reconocen especialistas como Joan Bauzà, responsable del Área Técnica del Colegio Oficial de Arquitectos de Islas Baleares (COAIB), quien ha confirmado que “el interés en este material por parte de los arquitectos está subiendo” y como sistema estructural “es competitiva, particularmente en el caso de viviendas unifamiliares”.
Desde el punto de vista constructivo “hay que destacar su flexibilidad y adaptabilidad”, que la convierte en un material “interesante para resolver total o parcialmente los requerimientos de un promotor, en especial si requiere altas prestaciones medioambientales”, ha añadido.